Sálvora – AVES Y CABALLOS SALVAJES
Sálvora es una de las pocas islas en las que la mano del hombre aún parece lejana, ya que conserva su naturaleza originaria. Por esta razón el número de visitantes a Sálvora está limitado y es necesario reseñar con antelación. Está situada a sólo 1 km de tierra firme, en la bocana de la ría de Arousa.
La isla permanece casi deshabitada. Un farero y un vigilante son los únicos representantes humanos, en medio de un entorno natural plagado de aves y caballos salvajes. Hoy en día es prácticamente desconocida, al haber sido propiedad privada hasta hace dos años. Aunque, el silencio insular se interrumpe cada verano por las visitas de turistas que atracan en la isla a bordo de los veleros que parten desde O Grove. Cuando te aproximes, divisarás desde el barco la sirena de piedra, que es el símbolo de Sálvora.
Una vez en tierra, puedes recorrerla con un guía que te enseñará los vestigios de una pequeña aldea habitada hasta 1970 por unas 60 personas. Su antigua fábrica de secado y salazón de pescado, conocida como O Almacén. dio trabajo durante dos siglos a los pobladores de la isla. Años más tarde se convertiría en el palo de Sálvora. residencia del marqués de Revilla, propietario de la isla hasta 2007.
También alberga un faro situado al sur, en la llamada punta de Besugueiros. Su cuidado está en manos de tres fareros que se turnan a lo largo del año para salvaguardar las singladuras de los navegantes.
Gracias a la titularidad pública (la isla pertenece al Ministerio de Medio Ambiente ya la Xunta de Galicia), sus 15 km están bajo un provecto de educación medioambiental. Caminando por sus pedregosos senderos te asaltará la diversa fauna que vive aquí: conejos, ciervos, gaviotas y hasta una manada de caballos. La vegetación está dominada por matorral y eucaliptos, pero es valiosa por sus bosques de laminarias (algas) y xestas (arbusto típico).
Islas Cíes – SÓLO PARA CAMINANTES
Los amantes del turismo de naturaleza encontrarán en las islas Cíes un lugar en estado salvaje. Sin carreteras, coches, ni ruidos puedes llegar a ella en uno de los barco Cíes. Sólo senderos naturales, muchos de ellos con una pronunciada pendiente, por lo que se recomienda estar en forma, aunque el esfuerzo será recompensado con panorámicas únicas, como la del Atlántico visto desde un acantilado.
El archipiélago está situado a 15 km de Vigo. y lo comprenden tres islas: Monteagudo y O Faro, ambas unidas por un arenal, y San Martino, al sur. A ésta última sólo se puede llegar en barco particular, previa autorización.
Una vez desembarques en el muelle de Rodas, en la isla de O Faro, comenzarás la ruta por un camino entre pinos. El arenal de Rodas es el más amplio de las islas Cíes y alcanzó fama internacional cuando el diario británico The Guardian le colgó el cartel de “playa más bonita del mundo” en 2007. Siguiendo la ruta alcanzarás el puesto de información donde con un plano en mano podrás diseñar un itinerario personalizado.
El sendero de la isla de O Faro exige algo de esfuerzo para subir al monte Faro. En la cima, a 172 metros de altitud, un observatorio de aves brinda una vista memorable sobre un vertiginoso acantilado. Al sur de la isla existen más observatorios de aves como el Alto da (lampa. con una gran roca horadada.
Si prefieres el descanso, elige la isla de Monteagudo, en la que se encuentra el sistema dunar de Figueiras-Muxieiro. Cerca, la playa nudista de Figueiras es un idílico rincón de blanca arena. También puedes visitar los restos de un monasterio (distintas órdenes monásticas ocuparon las Cíes durante la Edad Media).
Ons – TIERRA DE PESCADORES
Ons, en la desembocadura de la ría de Pontevedra se extienden a lo largo de 6 kilómetros. Al desembarcar divisarás una iglesia desde la que parten todas las rutas. A diferencia de las otras islas del parque, éstas están pobladas por pescadores en su mayoría.
Si sigues el camino del norte podrás descubrir la historia de Ons a través de sus asentamientos. como el castro y la cueva dos Mouros. de la Edad de Bronce.
Por este camino tropezarás también con el Buraco do Inferno (agujero del infierno), un orificio de más de 30 metros que llega hasta el mar, produciendo un sonido ronco impresionante. La entrada por el mar se puede observar desde un cercano observatorio ornitológico.
La ruta sur recorre la parte más Virgen de la isla. Pasarás por uno de sus castillos defensivos y merece pegarse una caminata hasta la playa de Melide. Sus aguas cristalinas la convierten en un oasis nudista.
La ruta finaliza en el Alto do Centolo que ofrece una panorámica de la parte norte de la ría de Pontevedra.
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