Si vas a Carril, ó mesmo chegar,
verás Cortegada deitada no mar,
deitada no mar, ollando por ela,
van os mariñeiros, van os mariñeiros,
nuns botes de vela.
Y así es. Cortegada se ubica en la desembocadura del río Ulla, la cual podemos contemplarla, “deitadiña no mar”, desde la carretera, tan pronto llegamos al pueblo marinero de Carril, parroquia perteneciente al municipio de Vilagarcía de Arousa.
El archipiélago de Cortegada (formado por la isla de Cortegada, Malveira Grande, Malveira Chica, Briñas y el islote de Con) pertenece al Parque Nacional de las Islas Atlánticas, al que también pertenecen las maravillosas Islas Cíes, Ons y Sálvora.
En el interior de la isla se encuentra el mayor bosque de laureles de Europa Occidental en cuanto su tipología, conocida como laurisilva.
Cortegada está separada de la costa por un estrecho canal donde se asientan los “viveiros” donde se cultiva la famosa almeja de Carril, que cuenta con denominación de origen.
Visitas
Para conocer la isla, tendremos que alquilar un barco, un kayak o contactar con las agencias de turismo que realizan estas visitas. Hay que tener muy en cuenta las mareas, ya que debido al poco calado de estas aguas, sólo se pueden hacer viajes con marea alta.
Otra forma de llegar a Cortegada es andando, pero sólo cuando hay bajamar, por el denominado Camiño do Carro, que comunica la isla con el pueblo de Carril.
Hay dos rutas de senderismo en la isla, las cuales están perfectamente señalizadas y acondicionadas para internarse en la misma, de los cuales no es posible salirse, estando controlada por guardas del Parque Nacional. En total, el recorrido es de unos 5 km. Allí se encuentra una caseta de turismo donde informan al visitante de todos los tesoros que encierra esta paradisíaca isla.
Historia
La Isla de Cortegada ya aparecía en textos del historiador romano Plinio (s. I), mencionada como Corticata. En el siglo XIV se construye la ermita de la Virgen de los Milagros, donde acudían muchos peregrinos; pero en el siglo XVII fue reconstruida fuera del poblado.
La isla estuvo habitada hasta finales del siglo XIX y albergaba un monasterio, un hospital y el lazareto.
Hay que tener en cuenta que hasta 1910 pertenecía al Pazo da Gulpilleira, el cual se beneficiaba económicamente de las rentas que pagaban los habitantes de Cortegada por estar en ella y trabajar las tierras. Ese mismo año, la isla fue regalada a Alfonso XIII para que construyese su residencia de verano, pero finalmente el rey eligió Santander como lugar de recreo.
En 1978, Cortegada fue vendida a una empresa privada por Don Juan de Borbón, hijo de Alfonso XIII, con la intención de construir una urbanización de lujo y un puente para comunicarla con tierra firme, pero los vecinos decidieron constituir la Comisión Pro-Cortegada, con el fin de declarar la isla parque natural público. Gracias a esta acción, se consiguió paralizar el proyecto urbanístico. La Xunta tuvo que entregar 1,8 millones de euros por la expropiación, pero el 30 de agosto de 2007 Cortegada volvía a ser pública.
Para la conservación natural del entorno, la isla de Cortegada se integró dentro del Parque Nacional de las Islas Atlánticas, el único de Galicia.
Actualmente son visibles los restos de varias casas de piedra, la capilla de piedra del siglo XVII, un cruceiro y un muelle, que nos recuerdan toda la historia que vivió esta maravillosa isla del pueblo de Carril.