Es uno de los grandes maestros que tiene infinidad de lecciones para enseñarnos.
Solo es importante traerlo a nuestro presente para darnos cuenta de cuánto hemos crecido y comprobar que todo lo ocurrido allí debió ser de esa manera y no de otra.
Es el que nos impulsa a seguir adelante, a valorar todo aquello que nos ofreció y nos invita a alimentarnos de las experiencias adquiridas.
Es el pasado.
Mágico pasado cuya razón de ser se justifica en sí misma.
Es pasado y no presente porque así lo decidimos, porque trajo a nuestra vida lo que precisábamos y dejo de ser.
Observarlo solo para darnos cuenta de los aprendizajes que trajo a nuestras vidas, para agradecer a las horas nuevas que le permitieron partir hacia otro espacio y a los colores indelebles que dejó marcados en nuestra alma, nuestra piel y nuestro corazón.
Tiempo que conjugado nos enfrenta a una parte sagrada de nosotros mismos, lugar donde se aposentan los recuerdos y donde desde nuestro presente elegimos el tipo de sentimientos que deseamos conservar allí.
Desde el presente -que es un regalo-, decidimos, soñamos y actuamos...Un exceso de pasado es angustia y nostalgia; y un exceso de futuro es ansiedad.
Por ello el tiempo perfecto es el presente.
Te invito a que veamos el pasado como un perfecto maestro que dejó miles de experiencias y enseñanzas para acercarnos cada vez más a lo que realmente nos hace felices.
Que esta sea una mágica semana para ti, repleta de comprensión por tu pasado, gratitud por tu presente y felicidad por tu futuro.
PAOLA ANDREA LONDOÑO MORENO
Terapeuta de Reiki