Apenas una hora nos separaba Fisterra del cabo que lleva su nombre. Una tendida subida hacia el último de los lugares que dan magia al Camino de Santiago.
Hardly one hour came between Fisterra and its cape that has its name. A gentle rise towards the last one of the places that give magic to Camino de Santiago.
Mucho se ha hablado de la geografía única de ese punto que hiere al mar como si de la punta de una lanza se tratara. No es el motivo de esta entrada. Bastan las imágenes que enriquecen este texto para disfrutar de un paisaje ya indeleble a tu memoria.
El cabo de Fisterra cada día se convierte en un punto de reencuentros. Las caras te son conocidas, alguna vez caminaron a tu lado días atrás. Aquí te das cuenta verdaderamente de que nunca caminaste sólo. Sonríes al recordar todas y cada una de las anécdotas pasadas, porque cada persona sentada sobre el acantilado mirando fijamente hacia el oeste, es dueña de alguna que compartió desinteresadamente contigo.
Al caer el sol, un brindis general, un último fulgor y el estruendo de un aplauso al morir el día y nacer al Camino.Fisterra. (Fin de los Caminos a Santiago)
A lot people have talked about the unique geography of this place that soaks into the sea as spear head. It is not the objetive of this post. It is enough the images that enrich this text to enjoy of a landscape already indelible in your memory.
Every day the cape of Fisterra converts into a place of reunions. The faces are known to you, sometimes they walked next to you some days ago. Here, you are aware that you never walked alone. You smiled when remembering every single past story, because each person sat on the cliff intently looking at west, is owner of one anecdote that disinterestedly shared with you.
When the sun sets, a general toast, a last brilliance and the din of an applause upon dying the day and come into The Camino.
Fisterra. (Fin de los Caminos a Santiago)
Photography by WomanToSantiago
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