El balneario se encuentra en territorio andorrano, concretamente en Escaldes-Engordany, un enclave idílico en la región de los Pirineos. Se trata de una localidad rica en aguas termales, por lo que la presencia de este balneario está ampliamente justificada. De hecho, en la zona es raro el hotel que no explota estas virtudes que la geografía ofrece. Las instalaciones de este lugar son de tal importancia estética y arquitectónica, que han logrado convertirse en un símbolo de Andorra.
El balneario en sí mismo
El balneario de Caldea es de suma importancia porque registra la concentración de aguas termales más extensa de toda Europa a nivel de cordillera. Cuenta con unas dimensiones espectaculares, con miles de metros cuadrados destinados a lagunas, cascadas, saunas, tratamientos y todo tipo de baños.
En cuanto a la procedencia del agua que es capaz de abastecer todo ese repertorio de servicios, hay que decir que parte casi a setenta grados centígrados de la famosa fuente de Escaldes. Sin duda, un origen que garantiza las bondades de las que el usuario puede disfrutar en cualquier momento.
El balneario se caracteriza por llevar consigo un estilo determinado en lo que a tipología de tratamientos se refiere, y es que estamos ante un espacio de índole termolúdica, es decir, un espacio en el que es posible ejercitarse al mismo tiempo que disfrutar de la relajación, sin necesidad de recurrir a aspectos médicos de ningún tipo.
Cosas que hacer en el balneario
El repertorio de actividades que plantea el balneario es muy extenso, por lo que resulta más práctico centrarse en destacar que todas las opciones disponibles basan su funcionamiento en la misma dinámica: un baño de calma con la posibilidad de utilizar los espacios termolúdicos que integran el sitio. Así, es posible desprenderse con facilidad de factores tan negativos para la salud y la tranquilidad como el estrés, el dolor o el cansancio.
Es recomendable conocer cómo se accede a esta zona. El procedimiento es muy sencillo, ya que tanto la entrada como la salida es posible mediante una tarjeta que se asigna en recepción. A partir de ahí, no hay pérdida, vestuario propio, bañador y todo un largo recorrido por delante en el que aprovechar todas las posibilidades que encierra el lugar.
Lo ideal a la hora de realizar una visita al balneario de Caldea es obtener una entrada general, ya que ésta aporta el privilegio de beneficiarse del espacio termolúdico a lo largo de tres intensas horas. Ahora bien, cabe apuntar que en esta tarifa no se incluye el alquiler del albornoz, la toalla y las zapatillas. Eso sí, las alternativas en este sentido son muy prácticas, ya que el usuario puede acceder con su ropa de baño personal o alquilarla en el balneario.
Por lo que respecta a los horarios que maneja el espacio termolúdico, es tan amplio que resulta imposible encontrar una excusa para no ir. De esta forma, es posible deleitarse de su riqueza termal los Sábados, durante el período de Semana Santa oy en el mes de Agosto. Todo ello de nueve de la mañana a doce de la noche.
En definitiva, se trata de un lugar idílico para la desconexión que el ser humano necesita de vez en cuando, si pretende regresar renovado al escenario rutinario del día a día laboral y personal.