Siempre he sido persona de balnearios desde la más tierna edad quizás porque mi abuela fue una asidua de estos centros, por razones curativas y por razones de descanso. Hemos estado en varios aquí en la península pero lo que menos pensaba es que esta costumbre de mi niñez me llevaría a uno de los centros más importantes de la vieja Europa: Budapest.
La ciudad lleva con honor el título de “ciudad balneario” con lo cual nos podemos hacer una idea de lo que nos espera en esta ciudad bella en la que está unida la belleza física con la espiritual. No solo se busca el descanso o la cura de la piel y del organismo sino que una semana en uno de estos centros nos sube un escalón más en la perfección y en la calma espiritual. Ciudad balneario he dicho antes y precisamente porque tiene unos manantiales y fuentes termales que vienen del interior de la tierra con riqueza mineral para la cura medicinal, la temperatura con un promedio de 21ºc hasta los 78ºc. hace posible incluso su uso en invierno.
Casualmente fueron los turcos los que se dieron cuenta de la riqueza que allí se escondía, y pusieron en sus baños todo el saber arquitectónico que todavía se conserva, siendo la influencia romana y griega en la arquitectura la que le dá esa fastuosidad que relaja a la vez que cura.
El balneario escogido por su estilo y porque se adapta a lo que buscaba además de tener ofertas muy especiales para estar alojada y recibir sus aguas y sus sesiones de cuidados corporales fue precisamente el Danubius Hotel Gellert, un hotel de cuatro estrellas construido en Isla Margarita, el fabuloso centro de Budapest. Data su construcción de 1918 y en 1927 se le añadió una piscina de olas y más tarde en 1934 la piscina de burbujas. Hay que admirar también en él el mobiliario y los mosaicos de color originales, las columnas de mármol, los vidrios y el cristal; todo ello le dan un sello único de color y reflejos.
La conjunto tiene una extensión y unas infraestructuras que pueden parecer de ensueño, la gran piscina termal tiene unos cuatro kilómetros y está rodeada de un gran parque botánico con especies traídas de todo el mundo, un jardín japonés de gran belleza y colorido, un jardín de rosas de todos los rincones del planeta, un anfiteatro, numerosos paseos y pistas de recreo. Hay quien gusta de recorrer el parque de manera rápida a modo de visita y para ello se pueden alquilar bicicletas, caballos, carros o buggies eléctricos; todo aquí está tan conjuntado con la naturaleza que nada está hecho para que contamine ni la paz física ni mental.
La carta de servicio está llena de los más loables sueños sibaritas, la oferta de agua de los mismos manantiales está acompañada con hierbas que dan al cuerpo frescura y rélax. Además el agua que se bebe en el recinto a todas horas brota también de sus manantiales y tiene grandes poderes mineralizantes.
Los tratamientos que se ofrecen en el mismo hotel y que están incluidos en tarifas con alojamiento y pensión completa son a base de vapor en las saunas, balneoterapias, cabinas de aromas (donde el sentido del olfato relaja a base de aromas florales), solarium, fisioterapia en manos de expertos
para toda clase de males y dolores corporales, baños de barro, electroterapia (que quizás es lo que menos me agrada), hidroterapia (chorros y masajes utilizando el agua como base común).
Pero la verdadera fortuna es poder caminar por el centro, los pasillos inundados de luz y el sonido del agua por todas partes. Hay paz, aquí no hay prisas por nada ni se ve a nadie estresado, simplemente hay paz y en el silencio, el sonido del agua correr.
Cuando se habla con alguien de este tipo de turismo todos piensan que el precio será muy elevado; hay que añadir que hay para todos los bolsillos, puesto que la oferta hotelera con servicios de balneario está al alcance de todos (incluso se ofrece con una orientación sexual inclusive) a cualquier hora del día, según sea la preferencia de cada uno.
*Dirección: calle Kelennegyi – Distrito XI.
*Horario al público en general:
Entre semanas de 6.00 a 19.00.
Fines de semana de 6.00 a 17.00
Clientes del hotel: las 24 horas del día en sus más diversas modalidades.
*Precio:
Dos noches de hotel, alojamiento y desayuno incluídos, dos personas: 535,36 € (sesión normal con baños, masajes y sauna en el balneario). Programas especiales y específicos hay que consultar con el hotel.
DAMADENEGRO 13/4/2009
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