Hay determinados puntos claves, para tener en cuenta:
Siempre, y ante cualquier cambio de postura durante la sesión de masajes, debe estar distendido, a que de lo contrario, le trasmitirá tensión al paciente.
Debe estar atento y poder controlar su respiración, para realizar la terapia en forma confortable.
Debe prestar sumo cuidado a su propio mantenimiento, no sólo corporal, sino también mental y emocional.
La práctica de ejercicios, en el terapeuta, es imprescindible para mantenerse flexibles, equilibrados y fuertes. De esta manera, ocupándose de la propia integridad, se podrá afrontar con mayor entereza el contacto con el paciente, desde el masaje.
Una de las prácticas ideales, es el yoga. La misma induce a una toma de conciencia del propio cuerpo y a un estado de introspección muy favorable.
El terapeuta debe siempre trabajar con la espalda derecha, con el fin de dejar que la energía fluya libremente.
Las maniobras deben ser ejecutadas con el peso de todo el cuerpo, no sólo con los dedos y manos. De esta forma, se logrará terminar la sesión, con la misma energía que se comenzó.
Es ideal durante la terapia, no hablar con el paciente. No se debe producir desconcentración, ni en el paciente ni en el terapeuta. Este debe mantener toda la atención sobre el paciente, para poder guiarse por la intuición y sentir las tensiones y desequilibrios.Ejercicios para la concentración
Para todas las formas de masajes, la concentración es de suma importancia. Nos permite sentirnos libres y trabajar más con la intuición que con el cerebro. Por otro lado, si la energía del terapeuta está bien canalizada, trabajará con menor esfuerzo muscular y realizará los masajes sin agotarse.
Lo ideal es realizar estos ejercicios, antes de cada sesión, antes de contactarse en un tratamiento con otro individuo.
La postura de meditación de yoga (sidhasana): sentados sobre una esterilla, llevando el talón izquierdo delante del pubis y colocar el pie derecho por delante del izquierdo. Mantener la espalda bien derecha, las manos sobre las rodillas y las palmas hacia arriba. Cerrar los ojos y llevar toda la atención a la respiración.
Llevar luego, la mano derecha sobre el ombligo y la izquierda sobre la derecha. Concentrarse sobre la respiración abdominal, respirando lento y lo mas prolongado posible, para poder sentir, como avanza y retrocede el abdomen, con el ingreso y egreso del aire.
Para finalizar llevar el tronco hacia adelante, intentando llevar la cabeza al suelo, pero sin esforzarse y sentirse incómodo. La idea es permanecer relajado, y guardar por medio de esta postura final, la energía generada, favoreciendo el estado de introspección.
Ejercicios de equilibrio
También contribuyen a ejercitar la concentración.
Colocarse de pie, separar los pies al ancho de las caderas. Relajar las rodillas y ubicar la pelvis, de manera que no se acentúe la curva a nivel lumbar.
En esta posición, intentar mantener el pecho abierto, bajar los hombros, relajar los brazos y alargar la nuca.
Centrar la vista en un punto fijo, preferentemente a la altura de los hombros. Desplazar todo el peso del cuerpo sobre el pie derecho y mantenerse en esa posición, realizando varias respiraciones a nivel consciente. Repetir la operación con la otra pierna.
Volver a repartir el peso sobre ambos pies y a continuación llevar el peso del cuerpo a los metatarsos, intentando no despegar los talones del piso. Mantenerse en esta posición, realizando varias respiraciones a nivel consciente. Realizar el mismo ejercicio, pero ahora centrando el peso del cuerpo sobre los talones sin despegar los dedos del suelo y realizando varias respiraciones en esa posición.
Volver a desplazar el peso del cuerpo al pie derecho y colocar la planta del pie izquierdo sobre la cara interna del muslo opuesto. Llevar el talón lo mas cerca posible, de la ingle.
En esta posición, juntar las palmas de las manos a la altura del pecho, fijando la vista en un punto. Realizar varias respiraciones y repetir el ejercicio con la otra pierna.
Ejercicios de respiración
Es de suma importancia, tomar conciencia de nuestra respiración. Esta es el vínculo entre nosotros y el medio exterior, es el medio vital más importante de que disponemos. Cuando esta es pausada, profunda y lenta, se puede ver reflejado en nuestro estado anímico y corporal. Por el contrario, una respiración agitada y arrítmica nos produce agotamiento y fatiga.
Tener en cuenta al practicar los ejercicios de respiración:
inhalar y exhalar siempre por la nariz
no forzar nunca la respiración
no practicar los ejercicios luego de comer
la mente debe permanecer siempre atenta durante los ejercicios
las personas con problemas respiratorios y cardíacos deberán consultar su médico antes de hacer los ejercicios
Tipos de respiración
Abdominal: Acostarse boca arriba con las piernas flexionadas y los pies apoyados en el suelo, apuntando hacia los costados. Rotar los hombros hacia atrás y hacia abajo, apoyandolo lo mas posible en el suelo. Colocar las manos sobre el abdomen, inhalar sintiendo como el aire expande la zona abdominal. Exhalar y relajar el abdomen. Repetir diez veces y descansar.
Media y alta: Acostarse colocando una almohada entre los omóplatos, para ser mas consciente de ella. Estirar las piernas y colocar las manos sobre las costillas, de modo que los dedos medios queden donde termina el esternón. Inhalar, hundiendo ligeramente el abdomen. Llevar el aire desde las últimas costillas hacia los lados y centro del pecho, de modo que los dedos medios se separen. Exhalar, relajando las costillas. Repetir diez veces y descansar.
Completa: Este tipo de respiración favorece la relajación, ayuda a aquietar la mente, aliviando situaciones de miedo y angustia. Acostarse boca arriba, separar las piernas y relajar los pies, girándolos suavemente hacia afuera. Rotar los hombros hacia atrás y abajo, apoyándolos lo mas posible en el suelo. Comenzar con la respiración abdominal y continuar sin interrumpir la respiración con la media y alta. Al exhalar, relajar primero el pecho y por último el abdomen. Realizar entre cinco y diez respiraciones y descansar.
Ejercicios para las manos
Antes que nada se deberá frotar las manos, luego juntar las palmas de las manos entre sí, y sin dejar que se separen, intentar formar un ángulo recto entre el dorso de las manos y los antebrazos.
Flexionar y presionar cada dedo, utilizando la mano contraria. Colocar el puño de la mano derecha, entre los espacios de los dedos de la mano izquierda. Repetir la operación con la otra mano.
Sobre una colchoneta o esterilla, colocarse en cuatro apoyos (sobre rodillas y manos). Abrir bien las manos y trasladar el peso de todo el cuerpo hacia las mismas. Realizar dos o tres respiraciones. Repetir el ejercicio con los dedos hacia adentro, con el objetivo de fortalecer y elongar las muñecas.
Ejercicios para la columna
Estiramiento: Sobre una colchoneta o esterilla, colocarse en cuatro apoyos (sobre rodillas y manos). Distribuir el peso de todo el cuerpo sobre los cuatro apoyos. Inhalar mientras se flexiona la columna, mirando hacia arriba. Luego flexionar la columna en sentido contrario imitando la posición de estiramiento felina.
Flexibilización y masaje: Sentarse en el suelo, con las piernas flexionadas. Tomarse las pantorrillas con las manos y sin soltar las piernas, apoyar la espalda y cabeza en el piso. Luego llevar las rodillas a la frente, separar la espalda del piso y continuar manteniendo las manos en las pantorrillas, utilizando para ello, la fuerza abdominal. En la misma posición estirar las piernas detrás de la cabeza, hasta apoyar los pies en el piso. En caso de ser posible, estirar los brazos hacia adelante y apoyarlos a los costados en el piso. Repetir el ejercicio varias veces
Ejercicios para las piernas
Este ejercicio permite adquirir flexibilidad en las piernas, de modo que el terapeuta se sienta cómodo y ágil para la ejecución de las maniobras de masaje.
Sentado sobre una esterilla, colchoneta o manta doblada, juntar los pies y tomándose la punta de los pies con las manos para que no se separen, intentar tocar con las rodillas el piso. Flexionar la pierna derecha, colocando la planta del pie sobre el costado de la cara interna del muslo izquierdo. Intentar llegar con la rodilla al piso. Repetir el ejercicio con la otra pierna.