Se trata de uno de los lugares de peregrinación con más peregrinos del mundo, al respirar una mística única. Además, se encuentra en plena costa Da Morte, conocida así por los múltiples naufragios producidos a lo largo de los siglos debido a su rocoso perfil y fondo marino. Esta belleza natural hace que sea un lugar imprescindible que visitar en tu recorrido por tierras coruñesas. En este artículo vamos a mostrar los diferentes lugares que ver en Finisterre en un día.
El camino de Finisterre
Entre los lugares más destacados de este espectacular camino se encuentra el Puente Viejo de Negreira, que cruza sobre el río Tambre a su paso por la localidad. Además, durante todo el camino nos acompañan los “cruceiros“, cruces de piedra con la imagen de Cristo y/o la Virgen. El camino atraviesa numerosos bosques, ríos, hasta llegar a la localidad de Ceé, desde donde ya podremos ver el océano.
Faro de Finisterre (Faro de Fisterra)
El faro se encuentra a unos 3 kilómetros del pueblo de Finisterre, lugar en el que la mayor parte de los visitantes del mismo se hospedan. Estos últimos kilómetros transcurren por una leve subida, con unas vistas espectaculares de las Rías Baixas. La conclusión del camino llega con la visualización del kilómetro 0, hito que marca el final del camino de Fisterra. Son muchos los peregrinos y turistas que no pueden resistirse a fotografiarse en este singular punto.
También hay que mencionar que el lugar cuenta con un amplio aparcamiento, por si no queremos subir a pie. Tras el faro encontraremos una serie de acantilados con multitud de recuerdos de antiguos peregrinos, tales como botas, conchas, piedras y, sobre todo, mensajes. Este es el lugar predilecto para ver el anochecer, una de las cosas más recomendables que hacer en Finisterre. Eso si, es importante tener en cuenta que si vemos el anochecer y hemos subido andando, tendremos que descender los cerca de 3 kilómetros de noche.
Playa Lagosteira
Asimismo, son muchos los peregrinos que eligen este lugar para darse un baño, ya sea verano o invierno. Se trata de uno de los ritos más comunes de todos los peregrinos, ya que simboliza la purificación del cuerpo. Otro de los ritos típicos consistía en quemar la ropa utilizada en el camino, no obstante, esta fuertemente perseguido, ya que se pueden producir incendios, uno de los problemas más conocidos de Galicia.
A lo largo de la playa también es típico encontrarse a caminantes recogiendo conchas, ya que en esta playa se pueden encontrar recuerdos “gratuitos” que guardar para siempre de tu viaje por el fin del mundo gallego.
Castillo de San Carlos
En la actualidad cuenta en su interior con un Museo sobre la pesca y el mar. El encargado del museo posee gran conocimiento sobre los tipos de pescas, la fauna y la historia de los naufragios que se produjeron en este lugar. Es muy interesante ver la evolución de los diferentes estilos de pescas, así como las embarcaciones utilizadas. También se pueden ver los distintos aparejos utilizados según lo que se este pescando. Se trata de una visita obligada para conocer un poco más las costumbres y el estilo de vida de los habitantes de las zonas marineras del Norte de España.
La iglesia de Nuestra Señora de las Arenas
En su interior podemos encontrar una talla gótica del Siglo XIV del Santo Cristo da Barba Dourada. La estructura interna del cristo esta hecha en madera, eso si, el pelo, las pestañas y las uñas son de persona, dotándole de gran realismo. La leyenda dice que le siguen creciendo las uñas, el pelo y la barba, de hay su nombre, el Santo da Barba Dourada. La Iglesia está rodeada por un bien conservado cruceiro de piedra y por un pequeño cementerio .