El mirador de la Columna de la Victoria, remoloneaba entre mis apuestas. Probablemente os sonará de sobra, porque la Siegessäule está situada en pleno Tiergarten y su estatua dorada es uno de los símbolos más característicos de la ciudad. Su localización privilegiada, hace que se vea desde múltiples rincones de la ciudad. A mí me encanta observarla cuando paso en el metro de camino a Mitte y sobre todo cuando la luz del sol se refleja en ella, emitiendo esos destellos metálicos tan particulares. Sesenta y nueve metros de altura, empotrados de lleno en plena rotonda Großes Stern. Pocos sabréis que su lugar original era la actual Plaza de la República, frente al Reichstag. Pero resulta que durante la época nazi, la trasladaron al lugar actual por puro capricho estético. Y esto lo debieron hacer trozo a trozo, como originalmente se fue construyendo para celebrar las tres victorias prusianas consecutivas (1874).
¡Acceder a su mirador es toda una aventura de riesgo! Subir cientos de escalones a la redonda provoca que te cojas un mareo de aquí te espero. Y sin hablar del tema altura, que resulta demasiado evidente si te da por mirar hacia abajo en esos descansillos un tanto transparentes. Avisados estáis: las mínimas dimensiones tanto de la escalera como del mirador, pondrán vuestro vértigo y claustrofobia a prueba. Pero por el camino pensad que una vez arriba, tanto esfuerzo habrá merecido bien la pena. Vistas a la redonda sobre la ciudad, con la enorme estatua de bronce encima de tu cabeza: ¡una auténtica experiencia verla desde tan cerca!
¡Espero vuestros comentarios y hasta la próxima aventura!
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