No se me ocurre una época más perfecta para visitar Berlín, que en primavera. La ciudad se vuelve verde, brilla el sol y es justo cuando empieza a notarse un poco el calor. Algun@s de vosotr@s me escribísteis hace poco pidiéndome consejo. Así que he decidido reunir algunos planes berlineses de los que ya os hablé en su momento, y que son exactamente de esos que siempre apetecen cuando llega el buen tiempo. Propuestas muy diferentes, a través de las que conoceréis la ciudad de una manera bien original. Actividades para pasar el día al aire libre, berlinear sin parar y exprimir al máximo cada rincón de esta increíble ciudad.
1. Contemplar sus tesoros mientras navegas cómodamente en un barco
Ver el parlamento, la catedral, o el famosísimo puente Oberbaumbrücke, desde esta nueva perspectiva: ¡me parece lo más! Porque sí, Berlín visto desde el agua, es sin duda: ¡la mejor versión de la ciudad! Nosotros elegimos la compañía Reederei Bruno Winkler, y os aseguro que me he quedado con ganas de más.
Haz clic aquí y disfruta del post al completo.
2. Disfrutar del festival *Classic Days* en la avenida Kurfürstendamm
Si tenéis pensado pasaros por Berlín en mayo: ¡marcad los días 18 y 19 en el calendario! Pasear por una de las avenidas más históricas y a mi parecer, la más bonita de la ciudad, seguro que os encantará. Y más aún, ¡si encima es totalmente gratis y está libre de tráfico! Allí encontrarás todo lo necesario (actuaciones, bares y restaurantes) para pasar una jornada de lo más original. ¡No os lo perdáis!
Haz clic aquí y y disfruta del post al completo.
3. Planificar un vis a vis con los elefantes del Zoo
Desde hace tiempo, el Zoo y el Tierpark de Berlín ofrecen citas con algunos de sus animales. Se conocen como *Date mit Ihrem Lieblingstier* y para solicitarlas solo tenéis que rellenar este formulario. Dura aproximadamente 20 minutos y el coste es de 80€. En nuestro caso, disfrutamos de una tarde inolvidable dando la merienda a los elefantes asiáticos. Aprendimos un montón y regresamos a casa auténticamente maravillados. Y aunque ya pasaron unos cuantos años, todavía nos emocionamos un montón cuando lo recordamos.
Haz clic aquí y y disfruta del post al completo.
4. Flipar con las vistas desde el mirador de la *Columna de la Victoria*
También conocida como Siegessäule, está situada en pleno Tiergarten y su estatua dorada es uno de los símbolos más característicos de Berlín. Pero ya os advierto, que acceder a su mirador es cuanto menos una aventura de riesgo. Subir una escalera de caracol de más sesenta metros, te provoca cuanto menos: ¡un mareo tremendo! Y ya no hablamos del vértigo. Aunque os aseguro, que este mal trago se os olvidará una vez que lleguéis arriba. ¡Menudas vistas!
Haz clic aquí y y disfruta del post al completo.
5. Visitar un palacio de lo más romántico y con vistas a un lago emblemático
Este lugar es para mí, ¡muy especial! Me inspira, me renueva y me da mucha tranquilidad. Se trata del palacio Glienicke, del siglo XIX y de estilo clásico. En él, predomina tanto el buen gusto como los enormes jardines. Y como no, ¡los detalles vintage! Un capricho de inspiración italiana, que el príncipe Carlos de Prusia encargó al arquitecto Friedrich Schinkel como residencia de verano. Un Patrimonio de la Humanidad que no os podéis perder, si os encanta la naturaleza y además queréis disfrutar de unas vistas infinitas al lago Wannsee.
Haz clic aquí y y disfruta del post al completo.
¿Qué me decís? ¿Conocéis ya Berlín? ¿Os suena alguna de mis propuestas?
¡Espero impaciente vuestros comentarios!
Y como siempre te espero en Twitter y Instagram, donde comparto mi día a día -a través de mis stories- y un montón de recomendaciones más que seguro te encantarán.