En cualquier caso, una de estas películas se llama Código Fuente y está protagonizada por Jake Gyllenhaal, que es ese actor que se parece a Ryan Gosling pero sin las ganas de vivir. El tipo está en un experimento raro del Gobierno que le permite, mediante algo que deja la gente al morir que se llama huella cuántica,
(Permitidme aquí una digresión: ¿qué mierdas les pasa a todos los guionistas new age con la palabra "cuántico", que la usan como explicación de todo lo que pasa en la ciencia ficción? Ahora no hay películas sobre viajes en el tiempo que no tengan mierda cuántica. Y así están todas, que parece que las escribe Deepak Chopra)
revivir los últimos momentos de uno de los pasajeros de un tren que explotó en un atentado terrorista hasta poder ver dónde está la bomba y quién la pone y esas mierdas. La película es predecible y, si estrictamente no es una mala película, sólo es aceptable en viajes de autobús y domingos de resaca. ALSA y Antena 3. Estandartes de lo cutre que entra bien.
A lo que voy: viendo Al Filo del Mañana tuve la impresión, a ratos, de que me encontraba ante la misma película, pero con trescientos millones de dólares más tirados hacia ella, y un poco mejor hecha.
Tenemos a Tom Cruise. Tom Cruise es ese actor que es igual que una estatua de cera de Tom Cruise pero con las articulaciones móviles. El tipo, desde que unos aliens con aspecto de estropajo con tentáculos (Eh. Eh. Pero muy bien hechos los efectos especiales.) invadieron la Tierra, se dedica a convencer a la gente para que se aliste en los ejércitos mundiales. Y se ve que sólo de boquilla le han ascendido a capitán o general o algo así, pero todo cambia cuando Brendan Gleeson (que es ese actor que, sino te das cuenta en el acto de que es Ojoloco Moody, te pasarán media película preguntándote dónde lo has visto antes) tiene un rifirrafe con Tom Cruise y le ordena alistarse a un pelotón y salir hacia Francia a recuperarla de los aliens.
Bueno, total que Tom Cruise conoce a una legendaria soldado interpretada por Emily Blunt. Emily Blunt es esa actriz que se parece a Uma Thurman pero diez años más joven y con la constante expresión de llevar un rato oliendo caca de perro en todos los sitios a donde va, pero sin haber tenido ocasión aún de mirarse sutilmente la suela del zapato.
La ve morir a los veinte segundos, y poco después muere él. Y cuando muere se le llena como todo el puto cráneo de sangre de alien y eso le produce despertarse indefinidamente, cada vez que muere, en la mañana del día que se alista. Aquí quiero recalcar lo que me pareció un punto positivo del guión: decidieron marcarse un McGuffin antes de usar la palabra cuántico. Si hubiese oído la palabra cuántico una sola vez me habría puesto muy furioso, y estar furioso mientras uno ve la cara de Tom Cruise en una pantalla gigante es el nacimiento de un asesino en serie.
A partir de aquí, todo se vuelve un pelín más formulaico, más blockbuster, y más predecible. Aunque ?predecible? es consecuencia de ?formulaico? y de ?blockbuster?. En realidad, la semejanza con El Día de la Marmota no se da solo en un nivel evidente de guión, sino también en un nivel mucho más meta: estaba en un preestreno y tenía la impresión de haber visto ya esa película.
En fin, ya sabéis cómo va a partir de aquí: Tom Cruise y Emily Blunt reviven el día de la batalla una y otra vez, siendo Tom Cruise el único que lo recuerda todo en las sucesivas repeticiones, y buscando una manera de acabar la guerra, y fallando continuamente. Hasta que parece que todo está en calma. Pero OH DIOS ¿QUÉ SORPRESA MACABRA ES ESTA? ¡NO TODO ESTABA EN CALMA! AÚN QUEDA LA TRACA FINAL DONDE NOS GASTAMOS LOS 150 MILLONES DE DÓLARES QUE NOS HABÍAN SOBRADO. Fin.
En fin, no quiero parecer un malhumorado: esta película tiene, de hecho, sus puntos fuertes. Alguna que otra actuación más que aceptable, unos efectos de ordenador cojonudos, unos personajes secundarios que, si bien son relleno de gomaespuma como en todos los blockbusters, se nota que no han querido olvidarse de que se supone que son humanos. Y luego está el guión. No sé qué opinar de él. Es decir, sí lo sé: es una mierda. Pero es OTRO tipo de mierda, ¿entendéis? De entre todas las arrugas de una película que hemos visto ochenta veces, de vez en cuanto se escapa una brisilla de algo que huele como a fresco. De vez en cuando se escapa una originalidad. Y, a pesar de ser una película escrita no por arte, sino por utilitarismo, tiene la capacidad de no hacer a uno arrepentirse de haber ido al cine. Y debajo de esa capa de dientes níveos en la cara de Tom, y de lugares comunes en todas las películas del verano, se puede intuir un guionista que puso algo de amor en lo que escribía.
También se ve muy bien cuándo metieron sus pegotes en el guión los ejecutivos:
?Eh, guionista, ¿y si se besan los protagonistas??. ?Qué dices, tío, no hay sitio para el amor en esta cinta. Pretendo contar el horror de un hombre reviviendo todos los días la guerra. Ni siquiera tienen tanta química?. ?Ya, ya eso muy bien, pero no pongas a Tom Cruise con debilidades, que tiene buenos abogados. Y que se besen, hombre, que eso añade calidad al cine, y además a la jeva esa le tiene que molar el Tom Cruise, que a todas las jevas le mola el Tom Cruise?. Y así acabó Hollywood con el patriarcado.
En cualquier caso, donde se ve el amor al arte es en el hecho de que cualquier pequeño detalle está justificado, o al menos lo intentan. Cintas menos formulaicas, como Looper, no se esfuerzan ni en disimular que te la están metiendo doblada. Y luego son una p mierda, claro. Pero en esta película, a diferencia de otros blockbusters, se ve el esfuerzo de alguien
(Al menos una persona: yo me lo imagino como un guionista obeso que fuma de liar y creció viendo The Twilight Zone y de verdad quiere escribir para Hollywood. Si lo mirase en Imdb, seguramente vería que no es así. Si cobrase por esto lo miraría.)
por tener pequeños detalles con la audiencia para que la película no sea una p mierda. Como que la transformación que sufre Cruise, en su recursión indefinida, de pringadillo de la guerra a G.I. Joe, sea, cuanto menos, creíble. O que las conversaciones entre los miembros del ejército suenen a personas hablando y no a lavadoras recitando panfletos.
En una frase: Me habré olvidado de Al filo del mañana de aquí en un mes, pero son dos horas muy entretenidas.
(...)
Pero Saúl, ¿no es ese el propósito del cine? ¿Entretener?
No. No lo es. Vete a la mierda ya con eso. Si el propósito del cine fuese entretener no existirían los pseudointelectuales que se comen la mierda de Godard como si fuese natillas. El cine consistía en entretener cuando era ?Oh, mira, ¡parece que hay una locomotora en la sala pero no!?. Pero el mundo evoluciona y ahora el cine es arte. Y en cierto modo, aunque no tengo la autoridad ni la arrogancia de juzgar al público, me pesa que las películas de más éxito sean películas que hacen un vano intento de arte.
Está claro que la belleza, y la poesía de la heroicidad, está en hacer una película que nunca nadie haya visto antes, y experimentar con la creatividad aun sabiendo que te puedes dar la hostia. Ese andar sobre el abismo, eso es arte.
Pero ¿sabéis qué? Que le jodan a la poesía. Y que le jodan al arte. El buen ratico que me he pasado en el cine no me lo quita nadie.
Saúl Fernández
losdescos.wordpress.com