Tom Cruise: Maestro de las franquicias
Durante los últimos 10 años, Tom Cruise ha estado haciendo una misma versión de trabajos: películas de acción (Misión: Imposible); películas de ciencia ficción a gran escala con un concepto llamativo (Oblivion y Al filo del mañana); o liderar nuevas franquicias (fallidas, como Jack Reacher y el difunto Universo Oscuro de Universal). Tom Cruise se ha convertido en un adicto a las franquicias. Normalmente lo que diferencia a una franquicia de películas de otra (sobre todo si son de un mismo género) es su estrella protagonista; los que dejan una marca definitoria.
Pero Cruise ahora parece estar lanzando franquicias contra la pared para ver cuál de ellas pega. Primero la fallida (y espantosa) La momia, después lo vimos envuelto en otro misterio (que nadie recuerda) como Jack Reacher, ahora una nueva Misión: Imposible; y ¿qué sigue?
Tom Cruise es Jack Reacher, es Nick Morton, pero a la vez no es ninguno de ellos, porque los personajes (excepto Ethan Hunt) no se están quedando en la memoria colectiva de los cinéfilos como se esperaría.
Acaba de anunciar una secuela que nadie ha pedido (Top Gun: Maverick), aunque pocos se han quejado de la noticia. Sin embargo está segunda parte suena más a intento de forjar (y rentabilizar) otra franquicia.
¿Los buenos días han acabado?
Hubo una época de casi tres décadas (los ochenta, noventas y principios de los dos mil) dónde Tom Cruise hacía películas de carácter dramático, en colaboración con directores de renombre. Incluso llevó a Brian de Palma a la dirección de la primera entrega de Misión: Imposible. Ahora parece dedicado a trabajar con directores “anónimos” aunque algunos con talento (Bryan Singer, Christopher McQuarrie, Joseph Kosinski, Alex Kurtzman). ¿Por qué? ¿Es una manera de ser la mayor estrella del proyecto y tener el control? Vamos, son solo especulaciones.
Cabe aclarar que no tengo nada en contra de Tom Cruise, me parece un gran actor y su compromiso, sobre todo en las escenas de acción es innegable (no por nada Internet estuvo hablando por semanas de su accidente en pleno rodaje de Misión: Imposible – Repercusión); al contrario es por eso que considero importante analizar el exceso de acción en su filmografía. Es que parece que Tom Cruise se ha convertido en un género en sí mismo. Tom Cruise camina como Tom Cruise, habla como Tom Cruise y corre como Tom Cruise es sus películas de los últimos diez años.
La nueva era de Cruise comenzó con Valkyrie, el thriller histórico de 2008 que lo convirtió en un oficial alemán tuerto, miembro secreto de la resistencia antinazi, liderando un plan para asesinar a Hitler. Como va su filmografía esta parecía una idea prometedora pero ni siquiera en la mencionada película, Cruise se tomaba la molestia de fingir un acento alemán. Cuál es el punto de hacer una película como Valkiria si vas a desaprovechar la oportunidad de caracterizar un personaje; que es, básicamente, el trabajo principal de cualquier actor. Seguía siendo Tom Cruise, solo que ahora con un parche de ojo y un disfraz de soldado.
Las películas que Cruise ha hecho desde entonces (Oblivion, Jack Reacher, etc) han sido burdas imitaciones de otras películas de Tom Cruise. Es como si reciclara las mismas películas, solo cambiando títulos. Otra gran película de verano, otra franquicia, otro impulso de marca. Sin embargo los resultados en sus últimas películas han dejado un mal sabor de boca. La única que realmente ha sido un éxito es Misión: Imposible – Nación Secreta; demostrando una vez más que, actualmente, es el título de la película lo que atrae al público, no la estrella. No es de extrañarse que Misión: Imposible también arrase desde su estreno y se anuncie una séptima entrega.
Merece ser reconocido como un actor que se convirtió en estrella, no una estrella que dejó de ser actor
Los números en taquilla siempre tienen relevancia, sobre todo en términos de blockbuster pero ¿merece Tom Cruise ser recordado por lo que recaudaron sus películas en lugar de la calidad de las mismas?
Por mucho tiempo, no solo en los años 80 y 90, sino hasta mediados de los 2000, Tom Cruise hizo un trabajo vigoroso y en ocasiones extraordinario con grandes cineastas que lo desafiaron (Eyes Wide Shut, Magnolia, Colateral). ¿Han dejado de llamarle los grandes cineastas? No puedo creer que la respuesta sea sí; cómo tampoco es imaginable que sea él quién dejó de responderle las llamadas.
Tom Cruise aún podría ser un actor poderoso; debería asumir más papeles de carácter sin dejar de ser estrellas (como Julia Roberts, Meryl Streep o Leonardo DiCaprio ).
Todavía elige películas como si fuera el rey del mundo. Es realeza de Hollywood. Pero tal vez sea hora de volver a esas películas cuyas únicas intenciones no sean recaudar todo el dinero del fin de semana; debería demostrar que además de ser un señor con una sed de adrenalina insaciable, también es un actor con un rango interpretativo impresionante; con el que se ganó el respeto de una generación (y dos mas) que hoy, a pesar de todo, le sigue aplaudiendo como la gran estrella que es.