Un agente inmobiliario tiene que limpiar los restos de una masacre que tuvo lugar en una casa que pretende vender. Es entonces cuando recibe la visita de un retorcido anciano que le introduce en una red de sombras, asesinatos y exterminios…
El guión de Abattoir escrito por Christopher Monfette prometía una película de terror como mandan los cánones del género. Antes de verla en el Festival de Sitges de este año, 2016, ya había leído alguna opinión desfavorable. Con las expectativas por los suelos, pensaba encontrar una película, al menos, bien resuelta.
Desgraciadamente, sus densos y estúpidos diálogos, las pésimas actuaciones y la falta de gancho en la, a priori, apetecible historia de casas encantadas y asesinatos, no conducen a ningún sitio que nos interese como espectadores. Abattoir es tediosa y aburrida, carece de de coherencia argumental y no tiene ni una sola escena memorable.
Un auténtico despropósito de principio a fin. Las acciones de los personajes son de lo más inverosímil que he visto en mucho tiempo. Con Abattoir, Bousman se confirma como un director con cierto potencial en un apartado visual, pero un verdadero desastre y pérdida de talento para la dirección.
La imaginería gótica del diseño de producción es bastante chula, las cosas como son. Ese plano exterior de la mansión construida con las habitaciones de los asesinatos como una escalera de Penrose o los interiores de la casa, denotan talento. Bousman obtiene mi beneplácito en ese campo. Pero un logrado apartado estético no hace buena a una película, hace falta también una buena historia bien desarrollada. Abattoir carece plenamente de ella.
Los efectos especiales, son un bluff, además, de repetitivos e inconexos rozan lo cutre con un CGI bastante cantoso con un tono videoclipero que no ayuda a disimular ni un ápice de incompetencia en ese campo. Una película que aburre soberanamente al espectador.
Bousman deja bastante claro con este nuevo trabajo que su carrera como director se está yendo al traste.
Joe Anderson (The Crazies) en su personaje de policía, hace casi lo mismo con pistola en mano va arriba y abajo en todo el tramo final.
Dayton Callie (Halloween II) con monólogos intrascendentes,hace un papel paupérrimo de abuelo gitano que parece Chiquito de la Calzada.
Como he dicho, Abattoir es soberanamente aburrida e inconexa. Una película de la que podemos rescatar un apartado visual gótico muy propio de la Hammer, que no es capaz de disimular todas las demás carencias, sobre todo, en lo argumental.
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