Si hay una ciudad que pueda sorprender esa es Vilnius. Lituania, miembro de la Unión Europea desde 2004, adoptó el euro en 2015. Y ese fue, exactamente, el año en que visitamos su capital.
A tan sólo cuatro horas de Madrid, y en vuelo directo, podéis encontrar esta ciudad llena de vida. La capital de Lituania posee un maravilloso casco antiguo barroco Patrimonio de la Unesco. Recorrer sus calles empedradas es un placer para los sentidos.
Una vez en el aeropuerto, tomamos un autobús que nos llevó cerca del centro sin tener que hacer trasbordos. Hay tres o cuatro líneas de autobús que llevan del aeropuerto a la ciudad. Nosotros cogimos el autobús 3G y nos costó 1€ por billete. En el mismo autobús, preguntamos a unas chicas jóvenes por la mejor parada para ir al centro. Desde ahí tan sólo tuvimos que dar un paseo para llegar al apartamento. Para volver al aeropuerto cogimos el autobús número 88. Si se quiere ir en transporte público a la ciudad hay que comprobar antes si el autobús que deseas coger circula ese día y a qué hora lo hace.
Un rincón de la plaza de la Catedral
Iglesia de Santa Ana y al fondo la Iglesia de los Bernardinos
Calle empedrada del casco antiguo
Iglesia de Santa Ana al fondo
En algunos tranvías todavía se aprecia el pasado soviético de este país
Para disfrutar esta ciudad ex soviética y antirrusa, nosotros compramos una tarjeta que servía para coger bicicletas durante tres días por tan sólo 2,80€. Puedes coger una bicicleta durante un máximo de 30 minutos sin coste adicional. Si querías cogerla durante más tiempo, sólo tenías que esperar dos minutos, después de devolverla y, entonces, podías volver a cogerla durante otros 30 minutos de manera gratuita. Si prefieres no parar durante un tiempo más largo, sólo te costará unos céntimos más que te cobrarán cuando vayas a devolverla y que se sumarán a los 2,80€ que ya has pagado por ella. No es mucho más, pero puedes no pagar un solo céntimo de más con sólo esperar unos minutos. Recorrer la ciudad en bicicleta es sencillo y muy agradable.
Vilnius
El servicio es fantástico tanto en restaurantes como en bares o apartamentos. Se come bien y en todos los sitios hablan inglés. Además, da la sensación de ser una ciudad culturalmente muy activa.
Música a cualquier edad
Butcher
Música en las calles de Vilnius from ENLACIMA on Vimeo.
La República de Uzupio es un pequeño barrio bohemio de la ciudad que bien merece la pena una visita. Galerías de arte, talleres de artistas y cafés inundan este barrio. Muchos artistas y artesanos venden sus productos en un mercadillo muy interesante a orillas del río Vilna, que da nombre a la ciudad. El distrito se autodeclaró república independiente en 1997, en lituano Uzupio Res Publika.
Mercadillo de Uzupio
Como Vilnius no es una ciudad grande, uno de los días cogimos un autobús y visitamos Trakai, un sitio increíble para pasar el día. Las vistas del lago son muy bonitas en todo momento, y la visita al castillo bien merece la pena el viaje. El castillo, de estilo gótico, está construido sobre una isla.
Lago con el castillo de Trakai al fondo
El castillo de Trakai es una fortaleza medieval de Lituania.
Interior del castillo medieval
Monolito de piedra junto al lago
En definitiva, Vilnius nos sorprendió mucho y nos encantaría volver. Nos quedaron sitios para ver en los alrededores y nos encantaría volver a pasear por su casco antiguo.
¡Muy recomendable!