Callejear por la amurallada Cité de Carcasona, (Francia), permite revivir el pasado medieval de esta ciudad del histórico País Cátaro, que pertenece al Patrimonio de la Unesco desde 1997.
UN PASEO POR LA CARCASONA MEDIEVAL
Situada en el corazón del llamado País Cátaro, la historia de Carcasona se remonta a mucho antes, Íberos, Romanos, Visigodos, Sarracenos y Francos dominaron la ciudad durante siglos, antes de que el papa Inocencio III enviara a 50.000 cruzados al Languedoc-Roussillon en el siglo XIII, para combatir a los Albigenses o herejes Cátaros. Ya en manos del rey de Francia, la ciudad amplió las fortificaciones y se erigió en un punto estratégico de la frontera entre Francia y la Corona de Aragón. Carcasona alcanzó entonces su esplendor, convirtiéndose en refugio de artistas y de juglares que, por entonces, recitaban sus poemas en una lengua romance, la lange dòc u occitano.
INEXPUGNABLE
La doble muralla del siglo XIII cuenta con 52 torres y barbacanas rematadas por pináculos de pizarra o de teja. La dinastía feudal de los Trencavel (siglo XI), eligieron un altozano a orillas del Aude para construir su castillo. Tras las sangrientas cruzadas con los cántaros, se alzó la segunda muralla, que otorgó la protección definitiva a la ciudadela. Hoy el paseo por la Cité permite imaginar cómo se vivía durante uno de los periodos más apasionantes de la Edad Media.