Suelo decir que si me sobrase “la pasta” y el tiempo me dedicaría casi en exclusiva a ello, y supongo que muchos de vosotros compartís esta afirmación. Soy de esa clase de personas que prepara con esmero sus viajes, suelo recopilar información, consultar foros y leer blogs de otros “trotamundos” para documentarme.
Hace un par de semanas que regresé de mi último destino, un itinerario por tres espléndidas ciudades: Praga, Viena y Budapest, y he pensado que quizás sería interesante compartir esa experiencia, por si resulta de alguna utilidad a quién tenga en mente viajar a esos lugares próximamente.
Empezaré este recorrido contándoos mis impresiones sobre Praga, una ciudad que me enamoró casi desde el primer instante. Me sorprendió su maravillosa arquitectura, me pareció una ciudad acogedora, “paseable” y mágica.
Día 1:
Llegamos al aeropuerto praguense a primera hora de la tarde de un soleado 22 de abril. No quisimos arriesgar en el tema del traslado al hotel y contratamos previamente los servicios de “Prague Airport Transfers”, absolutamente recomendable, buen precio y trato impecable.
Una vez instaladas en el hotel decidimos aprovechar la tarde al máximo y salimos enseguida a “callejear”. Esos primeros instantes en los que intentas ubicarte, tomar contacto con la ciudad y que son una mezcla de despliegue de planos, consultas a la “Anaya Touring” y preguntas a los viandantes, y que terminan poco después con el convencimiento de que lo mejor es dejarse llevar por la intuición y el espíritu aventurero.
Ese espíritu fue el que nos guió enseguida desde nuestro hotel hasta la Plaza de la República, donde hicimos las primeras fotos a la preciosa Casa Municipal y a la Torre de la Pólvora.
Casa Municipal y Torre de la Pólvora
Continuamos nuestro camino por una de las calles más antiguas y emblemáticas de Praga, la calle Celetná, admirando sus fachadas barrocas. Pronto desembocamos en la Plaza de la Ciudad Vieja, al fondo de la cual ya atisbamos nuestro primer objetivo… el fascinante Reloj Astronómico.
Callejeamos un poco más y esta vez, sin planearlo, nos tropezamos con la iglesia de San Gil, vale la pena detenerse un momento y visitarla por dentro.
Iglesia de San Gil
La tarde avanza y poco a poco va anocheciendo cuando nos acercamos al Puente de Carlos, un puente que cruzaremos innumerables veces en los próximos días y que ahora, con las últimas luces del atardecer, ofrece un aspecto totalmente distinto al que veremos en las horas centrales del día.
Puente de Carlos
Eso sí, vayas a la hora que vayas, la música siempre está presente, como esa tarde en la que pudimos disfrutar de Alexander Zoltan y su arpa de copas.
Decidimos regresar al hotel porque comenzó a refrescar y lo cierto es que estábamos un poco cansadas por el viaje y el madrugón. Por el camino paramos a degustar unos Trdelnik … que ricos !!!. Para ser el primer día de viaje no estuvo nada mal :D
Trdelnik
Día 2:
Nuestro segundo día en Praga estuvo marcado por varios encuentros afortunados. El primero de ellos tropezarnos por casualidad, con los chicos/as de Pragueando y su paraguas negro.
Iniciamos con William el tour de la mañana en la calle Celetná. En esta calle se pueden apreciar diferentes estilos arquitectónicos, desde el románico hasta el vanguardista. En el número 34, se levanta la Casa de la Virgen Negra, uno de los edificios de Praga más admirados por los amantes de la arquitectura moderna. Fue construida en estilo cubista y debe su nombre a la imagen de una Virgen negra que hay en una de las esquinas de la fachada.
Museo cubista
Muchos de los edificios que ocupan Celetná ulice tienen planta subterránea. Esa sería la parte románica de lo que fue la antigua ciudad. El nivel de las calles tuvo que elevarse en el siglo XII a causa de la crecida de las aguas del río Moldava que en primavera inundaba la ciudad. Se cubrieron con tierra las casas y edificios de la zona y encima se construyeron otros nuevos.
Desembocamos de nuevo en la Plaza de la Ciudad Vieja y volvemos a escuchar las campanadas del reloj astronómico. La música esa mañana vino servida por Bohemian Bards, geniales !!! :)
Siguiendo el itinerario que nos va descubriendo nuestro simpático guía William, nos acercamos al Teatro de los Estados. Fue en este teatro donde Mozart estrenó su ópera Don Giovanni en 1787 con gran éxito.
Teatro de los Estados
Ya en Josejov (el barrio judío), hacemos un alto para recorrer algunas sinagogas y el antiguo cementerio. Una visita impactante que volveremos a repetir al día siguiente con más detenimiento.
Y terminamos la mañana frente al Rudolfinum, el edificio que alberga una sala de exposiciones (Galería Rudolfinum) y es además, la sede de la Orquesta Filarmónica Checa.
Rudolfinum
El paseo nos abre el apetito, así que buscamos restaurante y nos decidimos por U Parlamentu. Totalmente recomendable, excelente relación calidad/precio y muy buen servicio. Mis sugerencias?… aquí las tenéis:
Repuestas las fuerzas, la tarde promete. Araceli será nuestra guía y con ella nos dirigimos en transporte público hacia Malá Strana. Visitamos el conjunto monumental del Castillo y su impresionante Catedral de San Vito.
Las panorámicas de la ciudad desde este lugar son magníficas!
Visitamos también el mítico Callejón del Oro, transitamos por la calle más estrecha del mundo (respetando su semáforo, naturalmente) ;) y dejamos nuestra “firma” en el Muro de John Lennon.
Cruzamos otra vez el Puente de Carlos… Malá Strana nos ha encantado!
Alicia nos espera en el teatro Negro Ta Fantastika. Si viajáis a Praga es casi una cita obligada acudir al Teatro Negro. Aquí tenéis el enlace de la sala a la que fuimos nosotras.
Nuestro segundo día en Praga no pudo ser más completo :D
Día 3:
Comenzamos nuestro último día en Praga visitando la iglesia de San Pedro (S.XII) y la torre (S.XV), que están muy próximas a nuestro hotel, en la calle Biskupska.
Iglesia y Torre de San Pedro
Hoy queremos tener una visión “de altura” de la ciudad, así que nos encaminamos hacia la Plaza de la Ciudad Vieja, resueltas a subir a la Torre del Ayuntamiento. Desde unos 70 metros de alto, la panorámica es inmejorable.
Más tarde dirigimos nuestros pasos hacia el complejo del Clementinum, atraidas sobre todo por la visita a la magnífica biblioteca barroca y a la capilla de los espejos.
Capilla de los Espejos
Y como esta mañana nos sentimos realmente intrépidas, decidimos subir a lo más alto de la Torre Astronómica. Nos ha gustado esto de hacer fotos desde las alturas :D
Seguimos camino en dirección al ya habitual Puente de Carlos con el propósito de cruzarlo una vez más para volver a Malá Strana. A medida que nos vamos acercando, la música de Bridge Band pone ritmo a nuestros pies.
Y como este es nuestro último día, y Praga nos ha encantado, y queremos volver en un futuro… cumplimos con el “ritual” que aconseja la leyenda. Al parecer, Juan Nepomuceno, confesor de la reina de Bohemia, fue ajusticiado por Wenceslao IV al negarse a romper el secreto de confesión. Después de ser torturado, lo ataron y lo tiraron al río desde este puente. Hay que tocar el bajo relieve del cuerpo del santo que representa el momento de su martirio. Se dice que realizando este ritual se volverá a Praga. El sitio exacto desde donde San Juan Nepomuceno fue arrojado, está señalado con una placa en la que se ven cinco estrellas, las mismas que habrían aparecido en el agua al hundirse San Juan. Quien coloque allí su mano debe pedir un deseo y el santo lo concederá. Así que, por si acaso…
Agotamos la mañana visitando la joya del barroco de Praga, la impresionante Iglesia de San Nicolás de Malá Strana.
Y, como no, la Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria, que alberga la pequeña estatuilla de cera del Niño Jesús de Praga.
Niño Jesús de Praga
Planeamos volver por la tarde al Barrio Judío, pero antes buscamos restaurante, estamos hambrientas!. Esta vez elegimos la cervecería La República.
Cervecería La República. Pato asado y una buena cerveza, el menú perfecto.
“Barriguita llena, corazón contento”, dice el refrán.Tras la pitanza volvemos al Barrio Judío para visitar de nuevo la Sinagaoga Española, pero esta vez por dentro y con más detalle. Casi a su lado nos encontramos con la desconcertante estatua de bronce del escultor checo Jaroslav Rona, dedicada a Franz Kafka.
Estatua Memorial a Franz Kafka
Entramos en la Sinagoga, visita ineludible.
Interior de la Sinagoga Española
En la calle Dlouhá nos tropezamos con esta obra en acero inoxidable del controvertido escultor David Cerny, titulada “In Utero”, y que representa a una mujer desnuda con las piernas abiertas a punto de dar a luz. La foto típica y tópica consiste en posar “naciendo de pie” :D
Nos dirigimos ahora hacia la Ciudad Nueva y recorremos el bulevar de la Plaza de Wenceslao, uno de los más importantes centros culturales y comerciales de la ciudad y donde se ubica el imponente Museo Nacional.
Otra visita imprescindible para “fans” de la arquitectura es el edificio deconstructivista de la Casa Danzante, diseñado por los arquitectos Vlado Milunic y Frank Gehry. Personalmente me encantó, aunque he de reconocer que soy una entusiasta de Gehry y toda su obra.
Dancing House
Emprendemos el regreso al hotel caminando por la orilla del Moldava…
Queremos poner el broche de oro perfecto a nuestra visita con un concierto, así que nos acicalamos para acudir al Smetana Hall Municipal House y disfrutar del programa de esta noche que incluye piezas de Strauss, Mozart y Dvorák.
Nos despedimos de Praga con el corazón emocionado y agradecido, convencidas de que es una ciudad fascinante que merece ser visitada porque nunca defrauda. Al día siguiente tomaríamos un tren con destino a Viena, pero… esa es otra historia que ya os contaré otro día. ;)
Una última recomendación práctica por si buscáis un buen alojamiento en Praga, el hotel Axa es perfecto. La localización es inmejorable, estábamos a sólo 10 minutos andando de la Plaza de la Ciudad Vieja, y cerca de la mayoría de los puntos de interés, creo que sólo usamos transporte público una vez en toda nuestra estancia. La habitación amplia y cómoda, el desayuno variado y generoso, el personal atento y muy profesional y excelente servicio en todos los aspectos. Sin duda recomendable.
Y en el apartado de las dedicatorias y agradecimientos mencionar a Vito y Salo, dos encantadoras jóvenes “trotamundos” con las que coincidimos el segundo día y con las que compartimos un “tour” divertido y entrañable. Fue un placer conoceros chicas!, mucha suerte y feliz vida :)
Hasta pronto.