La etapa maratón era, sin lugar a dudas, la etapa más temida, por mi y por la mayoría de Titanes. Sin embargo, la tercera etapa de la Titan Desert 2014 fue la más larga en la historia de esta carrera y se hizo notar. Nos enfrentamos a casi 150 km y 1.130m de desnivel positivo por un terreno desconocido.
La noche fue larga y algo fría. Los 2.000 metros de altura se notaron. Además, en esta ocasión, dormimos en una haima común, y dormir con 200 bikers... Algunos roncan bastante, otros salen al servicio y te despiertan, y si a esto le añades la incomodidad de dormir en el suelo, al final no descansas lo suficiente. Pero es lo que nos gusta, y este tipo de anécdotas también te hacen sentir bien, que le vamos hacer...
A las seis, tocaron de nuevo diana y dio comienzo toda la rutina diaria. En esta ocasión, tuvimos que hacer nosotros mismos el mantenimiento de las bicis el día anterior, pues no había asistencia mecánica, y lo primero que hice al levantarme fue echarle un vistazo a mi "máquina" para no llevarme sorpresas más tarde. Afortunadamente, todo estaba bien (he de reconocer que no tuve ninguna avería grave en ningún momento de la carrera). Así que, a preparar la bolsa y a desayunar fuerte para afrontar un día muy largo.
Una de las grandes cosas que tiene la Titan es que, profesionales y aficionados comparten todas las instalaciones de los campamentos. Ese día, desayuné al lado de Milton Ramos y, que te cuente que la etapa anterior también fue muy dura para él, fue música para mis oídos. Con la tercera etapa a punto de empezar, todos en la línea de salida, aprovechamos para hacernos una foto con el equipo Buff. Una gente muy maja. En el equipo faltaba Juanjo Alonso (Kapi Pedales). Tengo varias guías de BTT suyas y me hubiera gustado conocerle.
Empezó la tercera etapa donde la primera parte estuvo marcada por la montaña. Aquí fue donde hicimos la mayor parte del desnivel positivo y después nos tocó rodar a través de pistas inmensas, en las que muchas veces solo se veía el horizonte con muchos bancos de arena, que te frenaban la bici e incluso te obligaban a bajarte y a andar. La Titan no te da respiro, y si un día es duro el siguiente más.
La entrada en el desierto
Poco a poco nos dirigimos al sur, al gran desierto, y el calor se hizo notar llegando a temperaturas cercanas a los 50 grados. Jamás había estado expuesto a esas temperaturas y es lo más parecido a llevar una estufa delante del manillar. El agua se calienta y los pies se hinchan. Para mi y para muchos corredores el día estuvo marcado por una fuerte descomposición y malestar estomacal, teniendo que parar en varias ocasiones a buscar un servicio, que en el desierto no abundan. Imagino que fue debido a las altas temperaturas, al agua caliente, y a comer tanta barrita energética, geles... Al final, un poco de atención médica en un avituallamiento me hizo mejorar y poder llegar a meta.
La llegada al último avituallamiento, a falta de 30km, te hace respirar y pensar que ya lo tienes hecho, pero el agua que te dan está tan caliente, que lo único que te alivia es cuando te la tiras por encima. Fueron los 30km más largos que recuerdo. El calor y el mal estado del terreno hicieron que fueran interminables. Cuando por fin vi el arco de meta, solo puede pensar "otra etapa conseguida, ya solo quedan tres".
La dureza de la jornada fue tal, que más de cuarenta competidores se retiraron en esta etapa. Ya en meta, y después de la ducha que ese día sí nos pudimos dar, comimos algo y continuamos con el paso obligatorio por botiquín. Ese día, el médico me contó que a Oscar Puyol, el ganador de etapa y ciclista profesional, tuvieron que atenderle por extenuación. Y es que estos locos sí que van al límite durante toda la etapa.
Solo nos quedaba cenar bien, seguir hidratándonos, descansar y disfrutar de la experiencia, el compañerismo y el buen rollo que se vivía en el campamento.
Tercera etapa de la Titan Desert de ENLACIMA en Vimeo.¡Hasta la próxima etapa!