La cuarta etapa, por su perfil y porque era más corta, parecía que iba a ser tranquila. A estas alturas, ya habíamos pasado el Atlas, la etapa maratón y la tercera etapa, que fue la más larga de la historia, y creíamos que ya nada iba a poder con nosotros, pero... la Titan es muy dura.
Ese día, estaba preocupado. Los problemas estomacales del día anterior y el miedo al calor, y sobretodo a que me volviera a pasar, me hacía tener dudas.
Aparentemente, era una etapa tranquila que, además, nos dejaba a los pies de las dunas de Erg Chebbi. Para los que disfrutamos de los grandes espacios naturales, el día tenía un atractivo especial. Desde siempre, el hecho de poder estar en un desierto de arena, en un Erg, que es como se denomina estas grandes dunas, me hacia mucha ilusión. Por otro lado, creía tener la solución a mis problemas del día anterior. Antes de iniciar mi viaje a Marruecos añadí a mi equipaje unos paquetitos de jamón de Teruel, y ese día supe que el jamón iba a ser la solución a mis problemas, y vaya si me ayudó... Llevábamos varios días comiendo barritas energéticas y geles. Al final, nos sentaron mal y las terminamos aborreciendo. Acabas por no tener ni hambre. Es cierto que son importantes, ya que tanto calor y sudor hace que pierdas muchas sales, pero hay que controlar su consumo. Ese día me llevé pequeños bocadillos de jamón y adiós a mis problemas de estómago.
En uno de los avituallamientos de la cuarta etapa
La etapa empezaba a las 8 de la mañana, como todos los días, y tras un enlace por carretera de 17 km, se daba la salida cronometrada. Un total de 120 km y apenas 500 metros de desnivel, por unas pistas rápidas y arenosas, para llegar a una zona muy pedregosa, siempre en aparente descenso. También pasamos por la famosa pista Citroën, que tanto gustaba a la organización del Paris-Dakar, cuando se disputaba en África.
El calor nos acompañó todo el día, superando los 40 grados, sobretodo al final de la carrera donde era casi inaguantable. El terreno duro y pedregoso te destrozaba los brazos y pies, un día más. Los últimos kilómetros de esta etapa también se hicieron muy duros, aunque poder ver los rebaños de camellos y a algún bereber hace que todo sea diferente, y casi sin darte cuenta estás pasando por la linea de meta.
Descansando a la llegada al campamento de Erg Chebbi
En esta etapa mi estómago se portó bien, las piernas no iban mal y poco a poco ves que superas los kilómetros y las etapas. Esas pequeñas cosas te alegran el resto del día.
Cuarta etapa de la Titan Desert de ENLACIMA en Vimeo.Si te gusta la MTB y quieres vivir una aventura, ¡ésta es una carrera que no olvidarás!