En invierno, con sus edificios medievales y pintorescos mercados navideños, parece una escena salida de una tarjeta de navidad.
Su historia
Tallín es la capital de la República de Estonia y su principal puerto. Está situada en la costa norte del país, a orillas del golfo de Finlancia, a 80 km, al sur de Helsinki.
Su población no llega al medio millón de habitantes, pero es el centro político y económico del Estado. La ciudad alberga la sede del parlamento estonio, el palacio presidencial y los ministerios. Además en ella se encuentran radicadas la bolsa y las principales empresas del país.
La ciudad surgió como un puerto comercial en la ruta marítima que unía Europa occidental con Rusia y conoció su máximo apogeo como ciudad anseática en plena Edad Media.
Tras la independencia de Estonia en 1991 Tallin ha vuelto a surgir, esta vez por medio del turismo y la apuesta firme por las nuevas tecnologías.
La primera mención de Tallin aparece en una obra del cartógrafo almorávide Mamad al-Idrisi. En este mapa, que data del año 1154, la población aparece bajo el nombre de Kaluria, y es descrita como una pequeña ciudad o fortaleza.
Tallin adquirió importancia como puerto estratégicamente situado entre Escandinavia y Rusia, esto convirtió a la ciudad en objetivo de las órdenes religioso militares germánicas y del Reino de Dinamarca durante el periodo de las Cruzadas Bálticas a principios del siglo XIII.
Durante el siglo XIII hasta el tercer cuarto del XIX estuvo, intermitentemente, bajo dominio danés y alemán. Después, y hasta el tercer cuarto del siglo XIX estuvo controlada por los alemanes, que dominaban la Liga Hanseática.
Tallin experimentó un rápido crecimiento económico al convertirse en un puerto clave de la Liga Hanseática entre Nóvogorod y Occidente. Se transportaban pieles, miel, cuero y grasa de foca hacia el oeste y sal, arenques, telas y vino hacia el este. Además, la lengua alemana comenzó a adquirir una preponderancia que no perdería hasta 1889 cuando dejó de ser oficial en Tallin.
No obstante, como consecuencia del desmoronamiento de la Orden Teutónica tras la ofensiva de Rusia, Tallin se puso bajo vasallaje de Suecia, que actuó en calidad de protector del norte de la actual Estonia contra el zar Iván el Terrible, que asedió la ciudad durante 29 semanas entre los años 1570 y 1571.
La ciudad permanecería en poder sueco hasta la Gran Guerra del Norte de 1710, cuando las tropas suecas acantonadas en Tallin y diezmadas por la peste capitularon ante el Imperio ruso.
Sin embargo las instituciones locales mantuvieron su independencia económica y cultural dentro de Rusia por medio del Ducado de Estonia, llegando incluso a mantenerse el alemán como el idioma oficial para el comercio, pero sólo hasta 1889 con el inicio de las políticas de rusificación llevadas a cabo por el Imperio ruso,.
En 1870 se inauguró la línea de ferrocarril que une Tallin con San Petersburgo, convirtiendo la ciudad en un importante puerto del Imperio ruso.
Más invasiones e independencia
El 25 de febrero de 1918, un día después de que Estonia proclamara su independencia, el Ejército Imperial Alemán ocupó la ciudad. Los alemanes la abandonaron en noviembre, al finalizar la guerra.
Desde entonces, los estonios lucharon en una guerra contra los bolcheviques, que se acercaron a varios kilómetros de Tallin, aunque no llegaron a entrar en ella. Este puerto fue fundamental para la causa estonia, ya que a través de este, los estonios recibieron ayuda militar del Reino Unido.
Los soviéticos entraron en Estonia en agosto de 1940, y Tallin se convirtió en la capital de la RSS de Estonia y en la principal base naval de la Unión Soviética, debido a su puerto libre de hielo. Políticos, intelectuales y ciudadanos sospechosos de anticomunismo fueron arrestados y deportados.
Durante la invasión de la Unión Soviética, 20.000 soldados soviéticos fueron apostados para la defensa de Tallin, pero el 26 de agosto de 1941, la Armada Soviética tuvo que evacuar los barcos de guerra, al hacerse insostenible la defensa de la base. La caída de esta ciudad despejó el camino hacia Leningrado a los alemanes. Durante la invasión alemana la persecución fue sufrida por supuestos comunistas y judíos cuya población fue prácticamente exterminada.
El 9 de marzo de 1944 el 11% de la ciudad fue destruida por los bombardeos soviéticos que provocaron 600 muertos. El 18 de septiembre de este año el gobierno independiente de Estonia fue restituido y tras la salida de los soldados alemanes fue izada la bandera nacional de Estonia. Este hecho, aunque breve en el tiempo, es determinante como prueba de la ilegalidad de la ocupación soviética de Estonia ya que este gobierno marchó al exilio y dio continuidad a la República de Estonia hasta su nueva independencia en 1991.
Durante la época soviética Tallin experimentó un gran crecimiento económico y demográfico. Se convirtió en el principal puerto de transporte de cereales de la URSS y en sus alrededores se instalaron industrias pesadas y alimentarias.
A finales de la década de 1980 se inició en Tallin el movimiento de independencia estonio mediante la ?revolución cantada? (festivales de música reivindicativos).
Cuando cayó el muro de Berlín, Estonia se independizó de la Unión Soviética y el 20 de agosto de 1991 Tallin se convirtió de nuevo, después de 51 años, en la capital de la proclamada república de Estonia.
Tras la independencia Tallin experimentó un gran crecimiento económico, el centro se rehabilitó y a su lado creció el distrito financiero con modernos edificios así como nuevas zonas residenciales.
La ciudad vieja
El casco antiguo llamado Vanalinn o ciudad vieja conserva las características de una auténtica ciudad medieval con antiguas casas de comerciantes y almacenes. La estructura urbana se compone de múltiples callejas adoquinadas que confluyen en la Raekoja Platz (Plaza del Ayuntamiento), que se encuentra situada en el centro del conjunto y cuyos orígenes hay que buscar en el mercado medieval que allí se establecía. En la plaza destaca el ayuntamiento con su torre de 64 metros de altura que remata desde 1530 en una veleta que representa a un viejo guerrero que se ha convertido en el símbolo de la ciudad, el Vana Toomas.
Una farmacia, situada en la parte norte de la ciudad se disputa el récord de ser la más antigua del mundo con una ubicada en Dubrovnik, se sabe que al menos desde 1422 ha estado en servicio de forma ininterrumpida. Su fachada es del siglo XVII.
La calle Pikk (larga) atraviesa la ciudad antigua al este de la plaza del ayuntamiento, en su recorrido se encuentra las antiguas casas de los comerciantes alemanes, los edificios más antiguos datan del siglo XV y suelen tener tres o cuatro plantas.
De las 46 torres que llegaron a situarse a lo largo de la muralla (con seis puertas) que rodea la parte baja de Vanalinn quedan 26 y 1,85 kilómetros de muralla, su altura varía entre 13 y 16 metros y su espesor entre 3 y 2.
La ciudad antigua de Tallin fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1997.
Turismo
Tallin, de la cual a menudo se refieren como "la perla medieval de Europa", es la ciudad estonia que más visitantes recibe, más de dos millones al año.
En torno al 85% de los turistas que visitan Tallin son extranjeros, sobre todo finlandeses, el mayor número, seguidos de británicos, suecos, alemanes, rusos y noruegos.
Como principal atractivo turístico Tallin ofrece su casco antiguo medieval, aunque existen muchas otras opciones o complementos de ocio, como sus saunas y balnearios, sus centros comerciales o la posibilidad de recorrer la ciudad y sus alrededores haciendo senderismo o en bici. En verano destacan las playas de los distritos de Pirita y Haabersti y muchas muestras culturales.