Llegar hasta allí, no os llevará más de media hora en coche si partís desde Berlín. Es el plan perfecto para pasar medio día fuera mientras coméis algo rico y buscáis esculturas de arte en la naturaleza. Y si estáis buscando algo para regalar, deberías pasaros por su tienda. En ella, no solo podéis comprar la entrada de la exposición sino también: artículos de arte, libros de esos que inspiran y productos regionales. Yo nunca me voy de allí, sin un tarro de su mermelada casera.
En su cafetería sirven pocos platos, pero todos ellos riquísimos y con ingredientes de temporada. Lo que véis en la foto de arriba, es una ensalada con setas, verduras y queso de cabra caramelizado. También, es el lugar ideal para sentarse tranquilamente a tomar un café. Y si sois golosos, podéis acompañarlo de una tarta casera o una copa de helado. El verano pasado, os contaba muchas más cosas sobre este lugar en este post. Y hace unas semanas, os lo enseñaba al detalle en este reel. Así que después de esto, poco más puedo añadir.
¡Y hasta aquí ha llegado el post de hoy! Espero que os haya gustado e inspirado. ¿Qué me decís? ¿Soléis hacer planes de este estilo? ¿Os gustaría visitarlo? Si os animáis, no os olvidéis de contarme qué tal os fue. Y si os habéis quedado con ganas de más, os recomiendo consultar mi guía en español para disfrutar este verano de Brandeburgo.
Por cierto, me voy a tomar un respiro. Esto significa que durante los meses de verano, solo publicaré un nuevo post: viernes sí, viernes no. Mi intención es descansar y adelantar contenido para cuando el blog retome la normalidad.
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