Reseña: Lectura del mes para el club de lectura. Aunque aquí tuvimos un pequeño problema, ya que en ninguna parte se indica que es el primero de una trilogía. Aunque, por fortuna es relativamente autoconclusivo (aunque ya avanzo que voy a seguir leyendo esta saga).
El libro empieza con Kaaro y su trabajo en el banco evitando ataques de hackers con un peculiar método: leyendo libros para llenar de datos el sistema (esto me fascinó, sinceramente). Estamos en el año 2066 y el mundo ha sufrido una serie de cambios tras la llegada de una forma de vida extraterrestre. Por el momento, conocemos que en Nigeria, donde se sitúa la acción de Rosalera, ese ser se ha “instalado” cerca de Lagos y toda una ciudad se ha originado alrededor de esta especie de cúpula. A esta energía extraterrestre se le asocian poderes curativos, siendo por tanto una ciudad visitada por todos aquellos con dolencias y enfermedades sin esperanza a la espera de que la cúpula se abra y les cure.
Pero esta energía desconocida también ha provocado que gente como Kaaro adquieran unas habilidades especiales (algo parecido a la telepatía). En su trabajo en el banco emplea estos poderes, y pronto descubriremos que también trabaja para el Gobierno. La sección 45 le utiliza para interrogar a delincuentes gracias a sus habilidades.
Aunque Kaaro no siempre ha sido un “buen chico”. Cuando descubrió sus habilidades no dudó en emplearlas para robar, y precisamente por este pasado delictivo es cuando el Gobierno le obliga a trabajar para ellos, a cambio de una vida “normal”. Pero algo está acabando con los que son como él, y Kaaro deberá descubrir qué está pasando.
Pese a tratarse en base de un thriller, esta novela no es precisamente trepidante. Sus constantes saltos temporales (del presente al pasado, donde iremos conociendo la vida de Kaaro, cómo adquirió sus habilidades y su “carrera” delictiva”, así como la llegada del ente alienígena a la Tierra) obligan a echar el freno a la acción cuando esta se produce. Particularmente me gustaban estos saltos temporales, y la vida pasada del protagonista me resultaba más interesante que la presente por lo que agradecía estas visiones pasadas. Además es de donde acabas extrayendo más información para la trama principal.
Kaaro se define a sí mismo como un machista, bruto y de un humor bastante cuestionable. Pero las mujeres que aparecen en la novela, como Aminat, con la que tiene una relación, o su jefa Femi son personajes potentes y con relevancia en la trama.
El final es bastante satisfactorio, teniendo en cuenta como digo que se trata del primer volumen de una trilogía. Podrías quedarte aquí perfectamente ya que la mayoría de incógnitas quedan resultas, aunque el autor es hábil lanzando anzuelos para que quieras saber más de Rosalera, de Kaaro y de la gente que le rodea. Si bien en el cuarto final de la novela se me hizo un poco lenta, perdiendo tal vez la frescura inicial, es una obra muy potente, imaginativa y recomendable. Puntuación: 4/5.