Siempre altanera; su figura se dibuja teniendo por fondo el mar; dicen los más antiguos que se escuchan gritos de angustias en sus muros cuando la mar está furiosa quizás porque nadie hizo justicia al gran morador de sus antiguos muros.
Dicen y dicen otros muchos que hay sombras en la noche, cuando alguien se atreve a profanar el prohibido recinto amurallado a falta de luz solar. Dicen y siguen diciendo que el Papa Luna llora por los rincones, que los templarios dejaron notas ocultas entre sus ladrillos y muchas maldiciones para quienes no se atrevieron a dejar constancia de sus supremos saberes de este mundo y del más allá.
Y Peñíscola la bella, profanada en los calores del verano por miles que conforman el nuevo ejército que la posee, se baña en el mar sin ni siquiera levantar su mirada y sentir un profundo temor por esos muros oscuros que lo observan todo. Peñíscola la bella, la oculta, la deseada…. y muchas cosas más.
Se sitúa en un rincón mediterráneo, su atractivo actual son las playas, el turismo y esas laderas que sirvieron de asentamiento no sólo a una ciudad sino también a antiguos caseríos que le dieron la fama de guerrera a una plaza fuerte que se disputó el cartaginés Amílcar Barca de cuyas manos salieron los bastiones que aún hoy día se mantienen firmes y también se dice, se cuenta, que Aníbal juró odio eterno a los romanos por estos lares…
Más tarde el rey Jaime I la conquisto de las manos árabes y se la dio a los templarios como regalo…. aquí comienzan las leyendas y los secretos que muchos se cuentan en las noches de inviernos a la luz de la chimenea.. Y sin embargo, la historia condenó a estos monjes guerreros bajo firma papal, hasta su desaparición. La orden de San Juan y la de Montesa fueron titulares de su propiedad.
Los nombres nos deján sentados ante sus murallas, esos nombres que han hecho historia, el Papa Luna, ese aragonés con nombre de Pedro, o piedra que vivió su vida a caballo entre los siglos XIII y XIV y que fue nombrado Papa bajo el nombre de Benedicto XIII, pero se enfrentó a la legal Roma y fue a parar a los muros del castillo como morada de sus últimos días.
Es interesante ver la habitación donde vivió sus días de aquella vida larga, con más de noventa años de idas y venidas, de sobresaltos y de vaivenes históricos.
Las murallas que vemos hoy fueron construidas en tiempos de Felipe II y sin embargo fue Felipe V quien le dio el título de ciudad por haber apoyado su causa resistiendo año y medio a las fuerzas del otro pretendiente al trono, el archiduque Carlos.
Naturalmente todo esto se engrandece aún más cuando dejamos el tiempo de verano, cuando es difícil ver a mucha gente pasear por sus calles empinadas; donde las cuestas llevan nombres propios y ninguna es igual ni tiene la misma inclinación. Es en ese otoño e invierno cuando el tiempo se alía con la historia y ésta con el castillo para que podamos ver la grandeza de sus piedras y el corazón lleno de vida de todos los habitantes que aún dejan huella en cada rincón.
Una curiosidad que se podrá observar en ese paseo de invierno son las ventanas, si nos fijamos bien en las casas antiguas todas tienes terrazas típicas de un pueblo marinero y las cortinas son las redes de pesca.
El sitio que nos atraerá porque alguien siempre nos lo cuenta antes de salir de viaje, es la visita del Bufador; un agujero que se comunica con el mar que cuando está en marea alta y enfadada multiplica el rumor de las olas en sus bóvedas y cuando el oleaje es fuerte se convierte en un griterío infernal haciendo que el mar llegue hasta arriba…. como queriendo comerse parte de la tierra arrebatada…
casa de las conchas
**Datos a tener en cuenta:
Los accesos por carretera se hacen por la autopista A-7, se encuentra a 66 kms de Castellón.
Los alojamientos dentro del recinto histórico se pueden hacer en el hostal del Duc cuyo teléfono es el 964480768.
El resto de los alojamientos se encuentran en las zonas de playas de la que destacaremos la Hostería del Mar (964480600) y Peñíscola Palace (964480912). Los precios bastantes altos.
Para visitar recomendamos el casco antiguo por supuesto, el castillo y el santuario de Nuestra Señora de la Ermitana. Unos trenes turísticos recorren todo el casco antiguo aunque pierde todo su encanto aunque es más cómodo, lo reconocemos.
El mejor recuerdo que uno se puede llevar está fabricado en alabastro dándole la forma de piezas de tocador, cerámicas e incluso forman parte de algunos muebles.
La mejor vista del lugar la tenemos en la Atalaya a dos kilómetros de la ciudad o incluso desde la misma playa.
En sus alrededores podemos encontrar Benicarló y Vinaròs en el norte; y la estampa más típica son las barcas o golondrinas que cada media hora dan la vuelta a la ciudad.
DAMADENEGRO
Datos de registro
Identificador: 0908134233694
Título: peñiscola
Fecha de registro: 13-ago-2009 15:54 UTC
Autor: damadenegro
Tipo de obra: Literaria, Narrativa, Ensayo