El monumento más importante de la Grecia clásica, símbolo de su país, y una de las obras arquitectónicas más importantes de la historia, estaba amenazado por la construcción de un hotel.
Éste, tenía una altura de 37 metros, e hizo lo impensable para los vecinos de la zona, bloqueó la vista de la Acrópolis, alterando el contexto histórico y cultural del barrio de Koukaki.
Pero tras una controversia judicial, El Consejo Central de Arqueología de Grecia (KAS) ordenó que el hotel de cinco estrellas, que pertenece a el grupo Coco-mat Hotels & Resorts, tendrá que demoler sus dos pisos superiores.
De este modo, la vista del Partenón, no será propiedad privada, y podrá ser disfrutada por todos los atenienses y por los viajeros en la ciudad.
Lina Mendoni, ministra de Cultura de Grecia, dijo que no se trató de una decisión fácil, pues el propio KAS había aprovado originalmente el proyecto.
Pero la protección que se debe dar a la Acrópolis primó sobre el hecho de que el hotel ya estaba construido.
“Fue una decisión muy valiente” opinó el alcalde de Atenas, Kostas Bakoyannis.
“La Acrópolis es nuestro corazón y nuestra alma, una parte esencial de nuestro Patrimonio cultural, es importante que todos puedan disfrutarla”.
Las protestas hechas por lo atenienses fueron apoyadas por la asociación Europa Nostra, dedicada a la protección del patrimonio cultural europeo, y encabezadas por la arquitecta Irini Frezadou.
Junto a el abogado del grupo, Andreas Papapetropoulos, lograron que el consejo de estado, que deliveró de manera virtual debido al coronavirus, votara a favor de la Acrópolis por unanimidad.
El fallo vino justo después de que se cancelaran otros permisos para un hotel mucho más grande que iba a levantarse en el barrio de Makriyianni.
Ahora, en todos los alrededores del monumento, la altura máxima de cualquier edificio será de 21 metros, con lo cual la vista del Partenón no será bloqueada.
“Makriyianni es un barrio residencial, y nunca estuvo pensado para edificios de estas dimensiones”, explicó Frezadou al periódico The Guardian.
“El turismo masivo que conocemos puede haber desaparecido con el coronavirus, pero volverá, y si no le ponemos límites va a destruir los mismos monumentos que los visitantes vienen a ver”.
El hotel no ha hecho declaraciones públicas sobre lo ocurrido, y no se sabe aún de que forma se procederá con la demolición.
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