En nuestro lado del mundo, el mes de marzo es el momento en el que tras el largo larguísimo invierno damos la bienvenida a una de las estaciones más bonitas del año, la primavera. En este mes comienzan a alargarse los días, a templarse el aire y, a veces y con suerte, a surgir los primeros brotes verdes en esas tierras marrones que han sufrido los rigores invernales. Los antiguos griegos, como buenos mediterráneos, amaban el sol y el aire libre y, así, no es extraño que encumbraran como diosa de la primavera a una de las mujeres más bellas de su mitología: Perséfone.
La leyenda de Perséfone es una de las más extrañas que encontramos en la mitología griega porque ¿cómo puede una diosa del infierno convertirse en la deidad de la preciosa primavera? Hoy se lo contamos en su blog de viajes favorito, el de Viajes Gretur.
Cuenta la leyenda?
Según cuenta la leyenda, Perséfone era hija del conocido Zeus y de su hermana Deméter, una de las diosas de la fecundidad de plantas y animales. Zeus tenía un hermano llamado Hades que, como todos sabemos, era la deidad que gobernaba los infiernos. Al parecer la inocente Perséfone estaba un día con sus hermanas recogiendo flores cuando se encontró con su tío Hades. Hacía muchos años que no se veían y la niña que Hades recordaba se había convertido en una bella muchachita así que, ni corto ni perezoso, el rey del averno decidió raptarla y llevarla a sus dominios para convertirla en su esposa favorita. Según algunas versiones, el padre de Perséfone, Zeus, no hizo nada por convencer a su hermano de que le devolviera a su hija pequeña, pero la madre, Deméter, cayó en una profunda depresión, inició un largo periplo por el mundo y su poder germinador se volvió del revés: allá por donde pasaba la triste Deméter, sus lágrimas quemaban las cosechas, dejaban estéril los cultivos y secaban el amor y la pasión reproductora de todos los animales.
El buen Zeus se debió cansar de recibir un día sí y otro también las justas quejas de los seres humanos y decidió intentar que Hades devolviera la niña al Olimpo. Cuando bajó a los infiernos a hablar con su hermano, este le dijo que era imposible que Perséfone abandonara el inframundo. Al parecer, si un habitante del infierno comía algún alimento de allí, su alma quedaba anclada para siempre en las profundidades de la tierra y la buena de Perséfone había ingerido, pobre de ella, una pequeña semilla de granada. Pero como casi todo tiene arreglo en esta vida, los dos dioses, Zeus y Hades, llegaron a un acuerdo: durante unos breves meses del año Perséfones podría volver al Olimpo a visitar a su madre Deméter, siempre y cuando esta volviera a ejercer su poder divino de hacer germinar las plantas y conseguir que los animales siguieran repoblando la tierra.
Y así, la protagonista de nuestra leyenda, Perséfone, vuelve año tras año a la tierra para hacer feliz a su madre y conseguir que la naturaleza yerma del invierno vuelva a lucir sus mejores galas primaverales.
Obras dedicadas a Perséfone:
En la historia del arte encontramos numerosas representaciones artísticas de la dulce Perséfone, esa diosa de la primavera conocida por los romanos como Proserpina. Algunos ejemplos representativos serían los siguientes:
Isis-Perséfone
La maravillosamente conservada estatua de Isis-Perséfone data del periodo comprendido entre los años 180-190 después de Cristo. Fue hallada en el templo de Gortina y actualmente forma parte de la colección del Museo Arqueológico de Heraclión en Grecia.
El Rapto de Proserpina
El momento en el que Hades rapta a su sobrina se ha inmortalizado varias veces a lo largo de la historia del arte. Una de las representaciones pictóricas más interesantes es la titulada “Ratto di Proserpina“, un óleo firmado por el pintor manierista Niccolò dell’Abbate (1512-1571). Actualmente podemos disfrutar de esta maravillosa pintura en el Museo de El Louvre, en París.
Proserpina
Las esculturas de Perséfone llenan los museos de todo el mundo, pero ¿dónde colocar mejor una representación de la diosa de la primavera que en plena naturaleza? Esta escultura de Proserpina se puede disfrutar en el parque Nymphenburg de Múnich. Es obra del escultor Dominikus Auliczek y data del año 1778.
Imágenes:
Dante Gabriel Rossetti [Public domain], via Wikimedia Commons
«AMI - Isis-Persephone» por Wolfgang Sauber - Trabajo propio. Disponible bajo la licencia CC BY-SA 3.0 vía Wikimedia Commons.
«Abbate - Rape of Proserpine hi-res» por Niccolò dell’Abbate - Christian Stukenbrock und Barbara Töpper: 1000 Meisterwerke der Europäischen Malerei von 1300 bis 1850, Hagen, Verlag Könemann, 2005, ISBN 3-8331-1310-3, p. 11. Disponible bajo la licencia Dominio público vía Wikimedia Commons.
By Rufus46 (Own work) [GFDL or CC-BY-SA-3.0], via Wikimedia Commons