Cuenta la leyenda…
En la mitología griega Hefesto es hijo del dios por excelencia Zeus y de su bella hermana y esposa Hera, esa poderosa diosa del Olimpo hija de Cronos y de Rea. Por parte de madre, Hefesto es hermano de otro dios del que ya hemos hablando en el blog de Gretur: Ares, pero también de otros seres mitológicos menores como Ilitía y Hebes. Según cuenta la leyenda, Hefesto nació con un aspecto tan extraño y horrible que su propia madre Hera renegó de su maternidad y lo arrojó al mar. El deforme bebé, como buen hijo de dioses, no murió en la caída, sino que se mantuvo flotando en el agua hasta que fue recogido por Tetis - la madre de Aquiles- y por su hija Eurínome. Las dos mujeres se apiadaron del aspecto del pequeño dios y se decidieron a criarlo como si fuera suyo. Quizás Hefesto fuera feo y deforme, pero era extremadamente habilidoso con las manos y manejaba como nadie el fuego de la forja construyendo hermosas joyas que lucían sus orgullosas madres adoptivas. Una tarde Hera se encontró con Tetis y cuando le preguntó por el autor de las increíbles joyas que la adornaban se encontró con que el maravilloso artesano era su propio hijo repudiado, el habilidoso Hefesto. La diosa, ni corta ni perezosa, volvió a admitir a Hefesto en el dorado Olimpo y Hefesto, en venganza, le construyó un trono de oro y piedras preciosas que aprisionó a su madre hasta que decidió liberarla. Más tarde Hefesto volvería a ser expulsado del Olimpo por segunda vez, pero esta vez no por su madre, sino por su padre Zeus que le acusó de ponerse siempre de parte de Hera en las discusiones familiares.
Una vez que abandonó el Olimpo definitivamente, Hefesto dedicó el resto de su vida a lo mejor que sabía hacer: crear. Fabricó, por ejemplo, las famosas flechas de Apolo, las armas que hicieron grande a su hermano adoptivo, el héroe de Troya Aquiles y, también, los primeros autómatas que, como decíamos al principio, fueron los gérmenes mitológicos de uno de los géneros literarios más enigmáticos de la historia de la humanidad, la ciencia ficción.
Obras dedicadas a Hefesto:
Muchos y grandes artistas de todas las épocas han intentado representar a ese dios repudiado y arrojado del Olimpo. Veamos algunas de las representaciones artísticas más conocidas:
“La Fragua de Vulcano”. Velázquez.
Comenzamos nuestra selección con la imagen que ilustra nuestro artículo y que es, también, una de las obras más conocidas del maestro Velázquez: La Fragua de Vulcano. Diego Velázquez pintó este famoso óleo sobre lienzo en Roma en el año 1630. En él, el maestro de las formas y el color no nos muestra a un dios cojo o deforme, sino a una deidad romana espléndidamente vestida y rodeada de luz. El cuadro de Velázquez forma parte de la colección del famoso Museo del Prado de Madrid.
El Efestión o Erecteión.
Nuestra segunda selección artística dedicada a Hefesto no es una pintura o una escultura, sino un templo completo. El Efestión es un templo de estilo dórico dedicado a los dioses mitológicos Hefesto, Poseidón y Atenea. Está situado muy cerca de la acrópolis de Atenas, en una colina conocida con el nombre de Colonos Agoreo.
“Venus y Marte sorprendidos por Vulcano”. Joachim Wtewael
Rubens, Poussin, Giordano, Jacques Luis David… Numerosos artistas han plasmado ese mitológico momento en el que el deforme dios Vulcano sorprende a su infiel esposa Venus con uno de sus mejores amigos, el bello dios Marte. La pintura que hemos seleccionado es una obra de estilo manierista que Wtewael creó en 1601 utilizando una técnica innovadora en su momento, pintura sobre cobre. Esta obra destaca no solo por la brillantez de sus tonalidades o la estilización manierista de las figuras representadas, sino por el tono desenfadado y nada moralizador que quiso imprimir el autor a una escena, como mínimo, tensa.
Imagen:«Diego Velasquez, The Forge of Vulcan» por Diego Velázquez - Trabajo propio, user:Luestling. Disponible bajo la licencia Dominio público vía Wikimedia Commons.