Pero sobre cómo planifico y organizo los viajes de carretera, os hablaré más adelante. Hoy me centraré en compartir los descubrimientos que hicimos conduciendo desde Berlín a Asturias. ¡Que son muchos! Este viaje lo planificamos en cuatro días, con la idea de no cansarnos demasiado conduciendo, tener tiempo para descubrir lugares inspiradores o relajarnos en los alojamientos. Y os aseguro que lo conseguimos, razón de más para compartir nuestra ruta a modo de inspiración viajera.
MI VIAJE DE CARRETERA ENTRE BERLÍN Y ASTURIAS
DÍA 1
De Berlín a Maillen, Bélgica (7 horas y 15 minutos de ruta)
El primer día empezamos fuerte, pues hicimos la ruta más larga. Llevamos el almuerzo de nuestra panadería favorita berlinesa y lo comimos antes de salir de Alemania en un campo de flores silvestres perdido por Renania del Norte-Westfalia. Algo que os recomiendo mucho, es hacer vuestras paradas en lugares naturales y así, evitar las horripilantes áreas de servicio. Para lograrlo, es necesario llevar siempre una nevera llena de comida y bebida, así como una manta de pícnic. Y claro, estar atento a lo que viene a ambos lados de la carretera e intentar parar en lugares con encanto.Después de comer, pasamos por Holanda y llegamos a nuestro primer alojamiento al atardecer: el hotel Domaine De Ronchinne - Château & Ecuries en Bélgica. Está en plena naturaleza de Maillen y dicen que fue una propiedad del mismísimo Napoleón Bonaparte. Su localización y las instalaciones comunes son muy inspiradoras y ofrecen diferentes formas de alojarse: casas de jardín, cabañas, un antiguo campanario, antiguos carromatos y hasta una casa en un árbol. Pero para acceder a estos alojamientos, debéis reservar con mucha antelación. Una pena que nosotros nos tuviéramos que alojar en una habitación normal. ¡Otra vez será!
DÍA 2
De Maillen en Bélgica a Langeais en Francia (5 horas y 46 minutos de ruta)
Al día siguiente, nos despertamos con los sonidos de las golondrinas y tras dejar el alojamiento, decidimos ver un poco la zona. Encontramos una confitería en un pueblo cercano y decidimos redesayunar en ella. Se llama Pâtisserie Pierson (Chau. de Luxembourg 7, 5336 Courrière) y os la recomiendo mucho porque es cero turística. Además de comer unos pasteles eclairs riquísimos, aprovechamos para comprar el almuerzo (quiche lorraine, bocadillos y tartas de merengue con limón) que comimos haciendo un pícnic rodeados de campos de girasoles.Y con la energía a tope, decidimos entrar en París. La intención era tomar un café allí, pero había tanto tráfico que nos tuvimos que conformar con ver la torre Eiffel porque de lo contrario, no llegaríamos a tiempo a nuestro próximo alojamiento. Nuestro objetivo del día era llegar a Langeais, un pueblo que me encantó y por eso, será el protagonista del siguiente post. A modo informativo, os diré que está cerca de Tours y que nos alojamos en un Bed & Breakfast maravilloso: La Vie Voyage. Allí nos recomendaron un restaurante en el que cenamos mejillones y crêpes sentados en una terraza rodeados de locales: Latelier Gourmand.
DÍA 3
De Langeais a Burdeos, Francia (3 horas y media de ruta)
El mejor recuerdo que guardo del tercer día de ruta, fue el desayuno casero que nos prepararon en La Vie Voyage. Lo disfrutamos en su patio interior y podéis verlo en la foto que está justo encima de este párrafo. Como era domingo y había mercado en el pueblo, decidimos dar un paseo y así comprar lo necesarío para el disfrutar del pícnic del día. No fue difícil porque estaba lleno de panaderías con encanto y tiendas de productos regionales franceses. Nos fuimos de allí con una baguette y una tabla de quesos riquísimos que comimos cerca de Torxé rodeados de campos de girasoles y algún que otro molino de viento. El último alojamiento del viaje nos esperaba en Burdeos y se trataba de un apartamento muy inspirador situado en pleno centro, al lado de la famosa Porte Dijeaux. Se llama LAppartement - Hôtel Singulier Bordeaux y os lo recomiendo un montón. Al igual que el restaurante de comida saludable que teníamos enfrente del portal. Se llama WOODKITCHEN (21 Rue de la Vieille Tour) y tiene unas ensaladas riquísimas para llevar. Para cenar, deberíais probar las tapas del restaurante Big Bistrot Girondin (64/66 Rue Saint-Rémi) y de paso, pasaros a contemplar la famosa plaza conocida como El espejo del agua (en francés, Le miroir deau).
DÍA 4
De Burdeos en Francia a Asturias (6 horas de ruta)
Aunque teníamos un apartamento, el hotel nos invitó a desayunar en su azotea con vistas a la catedral St. André. No nos pudimos resistir a tal propuesta y disfrutamos de un desayuno casero espectacular que podéis ver en la foto de abajo (sin lugar a dudas, el mejor del viaje). Antes de irnos de Burdeos, aprovechamos para comprar souvenirs gastronómicos: canelés de Burdeos y una especie de profiteroles en la tienda Dunes Blanches chez Pascal Bordeaux. ¡Ambos típicos de la ciudad!Nos esperaba un día largo por delante, pero todo quedó compensado cuando paramos a comer en el mirador de Deba en País Vasco con unas vistas increíbles al mar Cantábrico. Como os imaginaréis, entrar al norte de España fue muy emocionante. Y para celebrarlo, quería seguir la tradición familiar: coger corbatas y palmeras gigantes al pasar por Unquera. Dejamos Cantabria y llegamos a Asturias, hasta llegar a nuestra meta final: el mirador de Lastres. Y lo siguiente os lo imagináis: pura felicidad.
Y aquí van las conclusiones finales:
- En total gastamos 250 € en gasolina y unos 90 € en peajes. Nos pareció curioso que para repostar en las gasolineras francesas hubiera que pagar antes. Es importante que sepáis que en estos sitios solo admiten tarjetas de crédito o efectivo, pero no monederos electrónicos o tarjetas de débito.- No hubo ningún tipo de control fronterizo entre los países.
- En Francia se necesita pasaporte COVID para todo: alojarse en hoteles o comer en terrazas de cafeterías o restaurantes. Ellos usan la app TousAntiCovid, pero te servirá cualquier certificado que sea digital y se pueda escanear.
- En la Francia más rural, solo hablan francés. Vaya, algo lógico y normal. En nuestro caso, al no tener grandes conocimientos de francés, se nos hizo muy difícil pedir en algunos restaurantes. ¡Pero lo logramos!
- Disfrutamos muchísimo del viaje y no se nos hizo pesado. Es más, lo repetiríamos porque fue una gran experiencia con la que conocimos lugares de Bélgica y Francia de manera única. Así que si estáis pensando en viajar desde Alemania a España en coche, os animo a hacerlo.
¡Y eso ha sido todo! Espero que os haya gustado e inspirado. ¿Qué me decís? ¿Os gustan los viajes de carretera? ¿Habéis viajado alguna vez entre Alemania y España en coche? ¿O viceversa? ¿Qué tal la experiencia? ¡Espero vuestra respuesta en los comentarios! Y de paso, os mando un abrazo.
Si se os apetece, podéis disfrutar de este diario de viaje en mis stories destacadas de Instagram. Y recordad que a partir de ahora, suelo enviar una Newsletter mensualmente. Si queréis recibirla, podéis suscribiros aquí.
---- Este post contiene enlaces de afiliación al programa de Booking. Esto quiere decir que si reservas algún hotel desde este blog, recibiré una comisión.