Escocia
Escocia es una tierra muy rica para el turismo. Algunas de sus ciudades son muy conocidas, como Edimburgo o Glasgow. Pero hay otras zonas más desconocidas que son dignas de visitar. Una de estas zonas es el caso de Fife, el tercer concejo (territorio con gobierno autónomo) más grande del país.
Se encuentra entre el fiordo de Tay y el de Forth y hace frontera con los condados de Perth and Kinross y Clackmannanshire. Se dice que es una de las zonas más soleadas y felices de toda escocia.
Hoy, el concejo, se ha convertido en un lugar lleno de experiencias y actividades. Buena comida, gente agradable y, sobre todo, muchas cosas que hacer. Te propongo algunos planes con los que pasar unas vacaciones agradables.
Recorre la costa de Fife
Fife Coastal Path o “sendero costero de Fife”, te ofrece unas vistas impresionantes del mar y de lugares con encanto, como son los pueblos de pescadores que te vas a encontrar.
Otra ruta que puedes tomar es el camino de Fife Pilgrim Way, que te lleva por Culross y North Queensferry hasta St. Andrews. En total, son unos 110 kilómetros de un punto a otro que te recomiendo los hagas en varias etapas.
El Palacio Falkland
Hoy se utiliza como museo. Si tienes tiempo te recomiendo que disfrutes de un agradable paseo por sus jardines. Por la zona, deberías ver la cancha de tenis “real”, la más antigua que existe en el Reino Unido.
En los alrededores, puedes descubrir las ruinas del Castillo de Malvinas. No tiene mucho, pero es bonito ver lo poco que queda levantado.
Isla de May
Por supuesto, la isla de May también tiene una gran historia y es el lugar donde se encuentra el primer faro de Escocia (de 1636). Fué construido a partir las ruinas de un monasterio aislado que se fundó en el siglo XII y estuvo en funcionamiento hasta 1816, cuando el faro de Robert Stevenson lo “relevó”.
Aparte de estos dos faros, también hay unos cuantos más que puedes visitar. También, puedes acercarte al puerto y disfrutar de sus vistas.
Museo de Fife Folk
Que no se te escape una caseta de peaje que data de 1673, actualmente restaurada. Tampoco te vayas del lugar sin ver la casa de pesaje tradicional.
En el museo vas a encontrar juguetes, documentos, herramientas en definitiva, todos aquellos elementos que han formado parte de la historia y que son patrimonio de Fife.
Degusta la comida local
En cuanto a platos típicos, destacan los de pescado (por ser una zona pesquera). Por ejemplo la caballa ahumada o los mariscos.
En muchas zonas de mar, se pesca por la mañana y se sirven las capturas para comer o para cenar, por lo que la calidad y el sabor se nota. Si eres más de carne también encontrarás algunos platos para degustar, pero personalmente te recomiendo el pescado.
Palacio de Dunfermline
En Dunfermline se alojaron grandes figuras de la realeza como fueron James I, la Reina Isabel I o Carlos II. Puedes pasear por las ruinas y hacerte una idea de lo maravilloso que debió ser en sus tiempos.
Cerca, tienes la abadía de Dunfermline, de la que no debes perderte las paredes y esculturas que aún se conservan. Algunas de ellas están en el museo en el que se ha convertido un ala de la fortaleza (por ejemplo, una Anunciación con el Arcángel Gabriel anunciando a la Virgen María el nacimiento de Jesús).
Deep Sea World
Además de la mejor colección de tiburones de Europa, cuenta con un impresionante túnel submarino, el más largo del Reino Unido.
Pero no solo verás tiburones, también focas, pirañas y peces de muchas partes del mundo. Es una actividad para dedicarle todo el día o, al menos, la mitad del día.
Visitar el faro más pequeño del mundo
Te permiten subir hasta arriba e incluso encender la luz. Hasta puedes hacerte con un diploma como Guardián de la Luz honorario, algo que puede ser divertido como recuerdo de tu viaje a Fife.
Una vez lo visites, siempre puedes darte un paseo por North Queensferry y conocer su arquitectura, historia y disfrutar de sus paisajes.
Casa Mansión Hill of Tarvit
El tapiz flamenco del salón principal es impresionante, así como las cocinas, despensas y habitaciones de los criados. En la mansión conviven dos mundos diferentes: uno lleno de lujo y glamour, y el otro más sencillo y cotidiano.
Fuera de la casa puedes recorrer los jardines de rosas y césped o acercarte a los bosques, donde además hay un camino para excursionistas y un campo de golf un poco más lejos del lugar.
St. Andrews
Pero no es lo único que ver por allí. Si tienes tiempo resérvalo para visitar la Catedral de St. Andrews o el Castillo de St. Andrews. Y, si eres amante del golf, encontrarás algunos campos para practicar este deporte.
Si buscas ambiente nocturno, en St. Andrews también hay marcha. Tienes bares para todos los gustos y restaurantes para probar comida tradicional escocesa mientras conversas con otros turistas y lugareños.
Castillo de Aberdour
Años después de su construcción se sabe que se amplió varias veces, transformando su estilo según cambiaba la época (puedes encontrar detalles renacentistas en los jardines y terrazas).
El interior del castillo intenta mantener su esencia inicial, con techos pintados y galerías. También dispone de una iglesia medieval y, a su alrededor, están unos bellísimos jardines amurallados.
En su día, fue el hogar de familias nobles, pero actualmente no reside nadie en él y se puede visitar durante todo el año.
El pueblo de Culross
Sin embargo, no solo has podido ver al pueblo en esa serie, también ha aparecido en películas, como la del Capitán América: el primer vengador, donde se hacía pasar por Noruega (y no Escocia).
Si visitas Culross te recomiendo que visites el Palacio de Culross. Solo está abierto unos meses (y dentro de los que está abierto, solo unos días a la semana). Aunque se le llama “palacio”, en realidad lo creó Sir George Bruce, Laird de Cannock, entre 1597 y 1611, como mansión. Fue en 1617 cuando el Rey Jacobo VI lo bautizó como “Palacio”.
Por dentro está decorado con los accesorios y muebles típicos del siglo XVII y verás que tiene un jardín interior donde ahora se cultivan verduras, hierbas aromáticas y frutas (que puedes comprar en un mercado al lado del lugar).
Otra parada importante es la Abadía de Culross, construida en 1217 y aún en pie. Al menos la parte de la iglesia, el resto está en ruinas, aunque es bonito pasear por ellas. Puedes visitarla gratis y subir a la parte más elevada para disfrutar de unas vistas increíbles.
EEl pueblo de Crail
Una de las atracciones que tiene es el castillo de Crail, ahora en ruinas y poco conservado, ya que se ha transformado en un jardín abierto. Aun así, pasear por allí es agradable ya que puedes ver algunas torres o zonas que en su día fueron parte del castillo que se erigía.
En cuanto a las casas que encuentras por el pueblo, se nota que están relacionadas con la pesca, ya que tienen decoracion marítima. Algunas de ellas se conservan intactas desde los siglos XVII y XIX.
Hay muchas cosas que ver y hacer en Fife. Lo único que necesitas es planificar bien los destinos para no perderte ninguno de ellos y aprovechar al máximo tu viaje a Escocia.
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