Este tipo de efecto lumínico fue bautizado por Galileo en honor a la diosa romana del amanecer, Aurora, y Boreas, el nombre griego para el norte. Si bien los destinos más habituales para ver la aurora boreal incluyen localidades de Noruega e Islandia, también desde la capital escocesa se pueden apreciar los maravillosos y encantadores reflejos de la luz del norte.
En Escocia se puede ver desde casi cualquier zona alta y con poca contaminación lumínica, en cualquier cielo despejado. Solamente hay que tener un poco de suerte y paciencia. La auroreas boreales tienen la cualidad de ser perceptibles solamente durante unos minutos. Los momentos más oscuros de la noche son la mejor opción, entre las 22 y las 02.
En Edimburgo lo más normal es ver luces de colores que se mueven de forma inquieta a travçes del cielo. No basta con mirar solamente por encima de los hombros, las auroras boreales suelen aparecer en el horizonte y a medida que pasa la noche se van desplazando. Lo más habitual es verlas lejos y luego ir viendo como se acercan. Se trata de rayos de luz en continuo movimiento y cada vez que aparecen cautivan y deslumbran.
Además de Edimburgo, hay otros destinos de Escocia donde se puede vislumbrar con claridad la aurora borael. En el archipiélago de Shetland hay excelentes zonas altas desde donde apreciar el fenómeno es muy simple. Al estar en el punto más septentrional de Escocia las posibilidades son aún mayores. Es un destino excelente para conocer más a fondo lo que sucede en el cielo cuando hay una aurora boreal.
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