Atravesamos la frontera desde Tailandia en bus y llegamos a Vientiane, la capital de Laos que nos dio una calurosa y pacífica bienvenida. Digo pacífica porque resultó ser la capital más serena, anti caótica y tranquila que hay en todo el sudeste asiático (y podría ser de todas las capitales que he visitado). Tanto así que pudimos arrendar bicicletas para recorrer toda la ciudad sin sentirnos como que íbamos a ser atropellados en cualquier momento, como suele pasar en otras ciudades de la zona.
En nuestro primer recorrido nos encontramos con la grata e inesperada sorpresa de que Laos, al haber sido parte de la Indochina Francesa (junto con sus países vecinos Vietnam y Camboya), adquirió e integró gran parte de la arquitectura y gastronomía francesa visible a simple vista hasta el día de hoy. Nuestro estómago daba gritos de alegría al ver pastelerías francesas llenas de croissants, baguettes y dulces a precios del sudeste asiático (increíblemente barato)!
A pesar de que Vietnam y Camboya también fueron colonia francesa es más difícil percibir hoy en día su influencia, en Laos ésta es evidente.
Y así fue como cada mañana disfrutamos de riquísimos desayunos franceses a precios increíblemente baratos. Nuestro pastelería favorita de Vientiane fue Escandinavia donde por 8 dólares (ambos) comíamos un verdadero banquete.
Visitamos tres ciudades en Laos (Vientiane, Vangvieng y Luang Prabang), siendo esta última nuestra favorita. Una hermosa ciudad (famosa por sus templos budistas que la llevaron a ser nombrada patrimonio de la humanidad en el año 1995) donde además de disfrutar su cultura y entorno saboreamos sus famosos "crepes" callejeros por solo 1,2 dólares! Habían dulces y salados, rellenos con las más diversas frutas y salsas. Y definitivamente de los mejores que probamos en el viaje (aunque su vecina Tailandia trate de imitarlos el ganador indiscutido es Laos).
Y cuando no estábamos comiendo pastelería francesa nos aventuramos a descubrir la verdadera comida asiática laosiana, donde encontramos varios platos que nos llamaron la atención.
El más conocido y famoso es el Laab, que es básicamente una ensalada de carne picada. La carne puede ser de todo tipo ( hasta llegamos a probar el Laab de búfalo!), pero lo rico de este plato es que la carne es mezclada con especias como la menta, que le aporta gran frescura y sabor. Es aliñada con salsa de pescado y limón. Un imperdible!
Ya habíamos visto por todos lados la famosa Papaya Salad (am mak hung) por lo que en un restaurante decidimos probarla. Como a ambos nos gusta el picante pedimos que fuera "middle spicy", y resultó ser que al probar el primer bocado se nos salían las lágrimas de lo picante que era el plato! Así que si usted va a pedir esta ensalada en Laos (que a pesar de lo picante es riquísima) recuerde pedirla "no spicy", y así tendrá un picante adecuado al paladar occidental.
Otros ricos platos fueron el Pescado envuelto en hojas de plátano (mok pa) y el Lao Stuffed Lemongrass (Ua Si Khai), unas bolitas de cerdo cocinadas en o con lemongrass (otro nivel!). Muy común es también ver los famosos pinchos de diversas cosas (como carnes y verduras) en los carritos de la calle, los buffet en los mercados de comida y los pescados a la parrilla.
No piensen que solo nos dedicamos a comer (aunque ya saben que para mi es parte primordial de un viaje), también recorrimos paisajes hermosos, disfrutamos de sus ciudades en bicicleta, nos sorprendimos con sus templos budistas, conocimos un lindo santuario de elefantes y las hermosas cascadas de Kuangsi.
Laos, además de encantarnos con sus paisajes y cultura, nos sorprendió gratamente con su pastelería francesa y su deliciosa gastronomía asiática, en resumen con su perfecta mezcla de sabores!
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