Schwerin es una ciudad de casi 100.000 habitantes, a una hora en tren al sur de Rostock. Está rodeada de lagos, lo que hace que tenga paisajes preciosos y cuenta con un castillo que fue residencia de los Grandes Duques de Mecklemburgo hasta 1918. Este castillo, hoy en día, es el Parlamento de este (nuestro) estado, y la verdad que es lo mejor que se puede visitar en la ciudad (y más un domingo, ya os he contado alguna vez que estos alemanes del norte los domingos se quedan en casa haga sol o diluvie).
Nada más llegar dimos una vuelta por el centro de la ciudad y los alrededores de la estación de tren, y me compré un pretzel, que es el típico pan alemán en forma de lazo con sal gorda (me encanta). Y eso fue lo que almorcé, pasando antes por la foto reglamentaria para que lo pudiéraris ver:
Pretzel blandito
A continuación fuimos al castillo, que visitamos también por dentro, y comimos de picnic en las afueras, cerca de uno de los lagos (llenos de patos, cisnes, etc.):
Vista del castillo mientras nos aproximábamos desde el centro de la ciudad
Jardines del castillo con vistas a uno de los lagos
Parte trasera
Jardines, donde se encuentra un restaurante
Vista panorámica que se puede observar desde los jardines del castillo
Es bonito, ¿verdad?
Jardines que me recordaban a los de "La Sirenita" cuando
está en la barca con el príncipe y le cantan "bésala". Espero
que seáis lo suficientemente frikis para entenderme. ;)
Y esto es todo por hoy. Después fuimos a tomar un chocolate caliente, porque aunque ahí en la terreta os estéis asfixiando, os prometo que aquí hace bastante fresquito. ¡Un beso fuerte y hasta la próxima!