El universo opera por medio de un intercambio dinámico.
Dar y recibir son aspectos diferentes del flujo de la energía en el universo. Y si estamos dispuestos a dar aquello que buscamos, mantendremos la abundancia del universo circulando en nuestra vida.
Nada es estático.
Nuestro cuerpo está en intercambio dinámico y constante con el cuerpo del universo; nuestra mente mantiene una interacción dinámica con la mente del cosmos; nuestra energía es una expresión de la energía del cosmos.
Para que esa energía fluya constantemente hacia nosotros, debemos mantenerla en circulación.
Al igual que un río, el dinero debe mantenerse en movimiento, o de lo contrario comienza a estancarse, a obstruir, a sofocar y a estrangular su propia fuerza vital. La circulación lo mantiene vivo y vital.
Toda relación es una relación de dar y recibir. El dar engendra el recibir, y el recibir engendra el dar.
En realidad, recibir es lo mismo que dar, porque dar y recibir son aspectos diferentes del flujo de la energía en el universo. Y si detenemos el flujo de alguno de los dos, obstaculizamos la inteligencia de la naturaleza.
En toda semilla está la promesa de miles de bosques.
Cuanto más demos más recibiremos, porque mantendremos la abundancia del universo circulando en nuestra vida.
Al dar y al recibir, lo más importante es la intención.
La intención debe ser siempre crear felicidad para quien da y para quien recibe, porque la felicidad sostiene y sustenta la vida y, por tanto, genera abundancia. La retribución es directamente proporcional a lo que se da, cuando el acto es incondicional y sale del corazón. Por eso el acto de dar debe ser alegre y la actitud mental debe ser tal que se sienta alegría en el acto mismo de dar. De esa manera, la energía que hay en el acto de dar aumenta muchas veces más.
La mejor manera de poner a funcionar la ley del dar, de iniciar todo el proceso de circulación, es tomando la decisión de que cada vez que entremos en contacto con una persona, le daremos algo. No es necesario que sean cosas materiales; puede ser una flor, un cumplido o una oración.
En realidad, las formas más poderosas de dar no son materiales.
Obsequios como interesarse, prestar atención, dar afecto, aprecio y amor, son algunos de los más preciados que se pueden dar, y no cuestan nada. Cuando nos encontremos con alguien, enviémosle en silencio un buen deseo por su felicidad, alegría y bienestar. Esta forma de generosidad silenciosa es muy poderosa.
CÓMO APLICAR LA LEY DEL DAR
Para poner a funcionar la ley del dar, podemos comprometernos a:
1) Llevar un regalo a cualquier lugar a donde vayamos y para cualquier persona con quienes nos encontremos. Ese regalo puede ser un elogio, una flor o una oración. Hoy demos algo a todas las personas con quienes nos encontremos, para iniciar así el proceso de poner en circulación la alegría, la riqueza y la prosperidad en nuestras vidas y en la de los demás.
2) Recibir con gratitud todos los regalos que la vida nos dé. Recibir los obsequios de la naturaleza: la luz del sol y el canto de los pájaros, la lluvia, el viento, las estrellas en el firmamento. Estar abiertos a recibir de los demás, sea un regalo material, dinero, un elogio o una oración.
3) Mantengamos en circulación la abundancia dando y recibiendo los dones más preciados de la vida: cariño, afecto, aprecio y amor. Cada vez que nos encontremos con alguien, le desearemos en silencio felicidad, alegría y bienestar.
Que esta sea una semana maravillosa para ti.
!Gratitud infinita!
PAOLA ANDREA LONDOÑO MORENO
Terapeuta de Reiki y Bioreprogramación