La Ciencia es tu Esencia. Café de la Iberia. Volvemos a salir de nuestra “zona de confort”, para comprobar una vez más que merece la pena descubrir y disfrutar de la gastronomía a muy pocos kilómetros del Cielo de Madrid.
Nuestro destino es Chinchón, ¿quién no ha ido alguna vez? Solo el viaje de -poco más de media hora- te cambiará absolutamente el plano, “del gris asfalto por el verde campo”, en esta época del año es muy instagrameable.
¿Cómo estará la plaza?, nos preguntamos antes de salir. La plaza está abarrota. Y es que solemos tener la costumbre de ir a los sitios a la misma hora, y claro, coincidimos con muchos otros disfrutones.
Pero además, no llevamos demasiado bien esto de esperar para que nos atiendan, ¡pero si acabas de llegar! A veces, se nos pasa por alto que hemos venido a disfrutar, pues hazlo, vamos a hacerlo.
Desde la balconada en el tendido del “diecisite”, podemos despojarnos de -abrigos y bufandas- para recibir con alegría los primeros rayos del sol que nos regala el frío invierno, y todo ello, ante la mirada de sus visitantes. Como nos gustaría estar ahí.
En el meridiano de la épica Plaza de Chinchón (Plaza Mayor 17), se alza Café de la Iberia, una casona fundada en el siglo XVIII, -nada más y nada menos- que en el año 1879, provista de planta baja con su taberna y dos alturas, en la primera alberga su excelente casa de comidas.
Nada más subir por el único tramo de escaleras, ya huele a gloria. Con solo el aroma de los membrillos y la leña de encina que arde en su horno de asar, “se nos abrió el apetito”, ¡¡que rico!!.
Antes de pasar al salón nos dejamos atraer por los encantos de su “patio”, un fantástico espacio donde poner las manos en la mesa en nuestra próxima visita.
Mesas con manteles blancos descansan sobre suelo de piedra y rodeado por columnas robustas. En todo su perímetro observarás su frondosa vegetación e innumerables recuerdos salpicados de cuadros por toda su estancia.
Iluminación natural, la que traspasa a través de sus extraordinarios ventanales. Dicen de este lugar que sirvió de inspiración a Don Francisco de Goya, donde pintó -oleo sobre lienzo- La Asunción de la Virgen.
Es una de las joyas que posee Chinchón, y que se exhibe en el altar mayor de su Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, a muy pocos metros del Café de la Iberia. Visita ideal para después de comer.
Saludamos a Miguel Ángel Moya, propietario y gerente. Su vida profesional ha estado vinculada al negocio y a la creación de equipos, donde siempre les habla -de persona a persona-.
Miguel Angel es un visionario de convicción que apuesta por la esencia de disfrutar la tradicional gastronomía castellana, y todo ello, acompañado de un servicio altamente profesional. ¡A eso habéis venido!
Ya pasamos al salón principal, y antes de sentarnos nos asomamos al balcón, desde aquí “mola mucho más”.
Ya en modo aperitivo tomamos los primeros tragos de cerveza junto a unas hermosas olivas verdes bien aliñadas.
Tenemos que cuidar la comanda para no pasarnos de viandas y recibir al embajador de esta casa como se merece, su reputado asado.
Llegan a la mesa en modo tapa. Patatas revolconas, meneadas, o removidas deben su nombre al proceso de elaboración, -vistas y no vistas- en las mejores plazas de Avila y Salamanca.
La patata es triturada, condimentada con ajo y pimentón. Finalmente, se incorporan unos generosos torreznos a punto de “crunch”. Cremoso y delicioso puré con barrita energética incluida, ¿nos saldrán alas?
Probamos el vino de la casa, de denominación de origen Ribera del Duero, Trus un crianza de 2016.
A la vista posee un color rojo cereza. En nariz destacan la fruta roja, negra madura, y sutil regaliz.
En boca es sabroso y goloso. Su paso por boca es fresco y amable. Final largo, postgusto de fruta madura y retronasal ahumado.
Para el jamón ibérico de bellota, trabajan dos zonas, Belloterra, del Valle de los Pedroches (100%) y Lisardo Castro, de Guijuelo (75%), en esta ocasión probamos Salamanca con su sabor característico de matices ligeramente dulces.
El queso es de leche cruda de oveja Altolacruz, un buen curado de Córdoba.
Uno de los delicatessen que llenan cualquier mesa. Foie de Pato de elaboración propia.
Se acompaña de rebanadas de pan tostado, terminantemente prohibido “untar” sobre el pan, no es mantequilla, toma trocitos y ayúdate con las tostadas para llevártelo a la boca y disfrutar de este delicado manjar.
De esta manera, podrás reconocer su sabor suave y agradable, además, de su extraordinaria textura. Si quieres buscar otros matices, ponle un poco de mermelada o trocitos de frambuesa.
Punto y aparte. Croquetas rellenas en dos versiones de Gambas y de Jamón ibérico de bellota.
Las elabora con mucho mimo y cariño Conchi García, la mujer de Miguel Ángel. No podía fallar, siempre al lado de un buen hombre hay una maravillosa mujer.
Quién pone las manos en los fogones, mide con absoluto rigor todos sus ingredientes para que siempre queden de la misma forma, tanto en tamaño como en sabor.
Me llamó poderosamente la atención su cobertura crujiente, hablando con Conchi, me confió que rallan el propio pan de Chinchón, y sabéis, aquí hacen muy buen pan.
En su interior encontramos una refinada crema de besamel con tropezones de jamón perfectamente ligada, -con sabor de principio a fin-.
Estas croquetas de jamón son de concurso, Conchi esta delicia hay que presentarlas más pronto que tarde.
De la huerta llegan sus Lechugas, Tomates y Cebolletas. La más liviana y leal de todas las ensaladas que se unen al asado en perfecta armonía.
Nos aporta color y frescura, aliñamos al gusto y listo, produce una sensación muy agradable en la mesa.
Desde Aranda de Duero llega “la perla de la corona gastronómica” lechazo IGP de Castilla y León, de Cárnicas CuevasAranda.
Se entiende por lechazo la cría de oveja que todavía mama, su peso vivo ronda entre los 9 a 12 kg, y la edad de sacrificio alcanza hasta los 35 días.
El asado llega en cazuela de barro bien caliente para prolongar su temperatura, el cuarto delantero es el más sabroso, incluye el costillar unido a su paletilla. Tiene un peso aproximado de 1,5 kg antes de pasar por el horno.
Tras presentar al Sr. Embajador de Café de la Iberia, lo retiran para efectuar el “trinchado” y que nos resulte más cómoda la selección de las piezas y posterior degustación.
Perfecto punto de asado, carne muy tierna y de escasa infiltración. Sorprendente jugosidad, de suave y melosa textura. ¡¡Os habéis ganado UN LIKE!!
Vamos concluyendo la experiencia gastronómica, y no podemos poner el “The End”, sin probar sus postres caseros.
Variado compuesto por Leche frita, Helado de Vainilla y Tarta de Queso. Bocados dulces que se complementan entre sí. Un poquito de esto y otro de aquello, ¿que nos gustó más?, “todo, todo y todo”.
Antes de finalizar decir que este lugar es ideal para disfrutar de una buena mesa, de buenos productos y una atención en sala profesional, y todo ello a un impecable equilibrio de relación calidad-precio.
Enhorabuena Conchi García Mingo, tus croquetas me han conquistado, Miguel Ángel Lucena, tu carácter y profesionalidad en sala es destacada, y por supuesto a todo el equipo.
A Miguel Ángel Moya, su propietario, la ciencia es tu esencia, sigue aplicando tu criterio para los próximos cien años. ¡¡Felicidades!!
Café de La Iberia (enlace rrss)
Dirección: Plaza Mayor, 17, 28370 Chinchón, Madrid
Teléfono: 918 94 08 47