Helsinki tiene mucho que contar y está plagado de lugares que no podemos dejar de visitar, como por ejemplo sus dos catedrales, una de ellas ortodoxa y la otra luterana. También es muy aconsejable dar una vuelta por la Temppliaukio, que es una iglesia muy antigua cuya mayor particularidad es que está excavada en la roca. Siguiendo con el tema religioso pero entrando de lleno en tiempos más actuales tenemos la Capilla de Kamppi, un silencioso tributo al diseño arquitectónico más moderno y vanguardista.
Para los que prefieren pasear, un lugar precioso es la Avenida Esplendi,que está llena de edificios muy bonitos y que dispone de unos pequeños cafés perfectos para reponer fuerzas con algo calentito y descansar un rato.
Si os gusta probar la gastronomía local os aconsejo que os paséis por el Puerto de Helsinki(Kauppatori), donde es habitual encontrar productos de primera calidad para comer y también toda clase de suvenires. Además, desde aquí parten los ferrys que van hacia Tallin y Suommelinna, por lo que si os interesa el viaje éste es el mejor lugar para informarse de los horarios y comprar los billetes.
Y nos despedimos con una de las muchas curiosidades que encierra la ciudad de Helsinki, se trata de un hotel que está situado en una antigua prisión y aún conserva el diseño interior original de la misma. Suena algo escalofriante ¿no te parece? Si no te gusta la idea puedes visitar el barrio de Katajanokka, poblado de artistas del art decó. ¡Hay opciones para todos los gustos!
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