Porque los flashes no siempre capturan los píxeles correctos. Se olvidan de todos los que algún día recorrieron contigo el camino y ya no están.
En la foto no salen los que se fueron sin querer. A los que la vida se llevó antes de que el fotógrafo pudiera disparar.
En la foto no salen aquellos que se fueron a conciencia. Aquellos que, agotados, no pudieron seguir tu ritmo. Esos por los que no pudiste frenar a pesar de no verlos por el retrovisor.
Pero los más importantes son aquellos que se fueron porque no supieron cómo quedarse. Aquellos que lo intentaron con todas sus fuerzas, creyendo que podían seguir tu ritmo. Esos que confiaron pero llegó un momento en el que optaron por sus principios. A los que les costó casi la vida seguir tu estela, pero no tuvieron más opción que abandonar.
Por último, están los que salen en la foto. Algunos supervivientes; otros, recién llegados. Todos ellos son lo único que tienes. Son a los que puedes tocar en el aquí y ahora, en mitad de una respiración.
Y eso es lo único que importa. Lecciones pasadas, sonrisas presentes y sueños futuros. Aunque una foto solo pueda capturar los segundos.
Fdo. Alejandro, http://www.contralascuerdasblog.com