Hoy sábado 8 de Agosto se cumplen 46 años de una de las fotos más célebres en la historia de la música: la famosa foto que da vida a la carátula del album “ABBEY ROAD”, que marcó la despedida del grupo más importante de la música popular contemporánea: los Beatles. Una fotografía simple, cuya elaboración fue quizás algo improvisada y sin tanta planificación, que solamente reflejaba a John, Paul, George y Ringo cruzando un paso peatonal en el cruce de Grove End Road con la calle Abbey Road, frente a la puerta de los estudios de grabación donde los Beatles trabajaban. Y el momento es oportuno para actualizar el post que le dediqué hace tres años en el blog a la historia de esta fotografía que con el tiempo se convirtió en un ícono de la cultura pop contemporánea, y que desde entonces, se ha convertido en el post más visitado en la historia del blog, con 74.740 visitas hasta este preciso instante.
Como es de conocimiento, los Beatles se encontraban en la etapa final de la grabación del que sería su último album en estudio, “ABBEY ROAD”, cuyo título fue extraído de la calle de Abbey Road, en Londres, en donde estaban ubicados los estudios de grabación donde los Beatles habían grabado casi todas sus canciones. Siendo Abbey Road una calle con bastante tráfico, ello generó que el tiempo que tendrían para tomarse las fotos correspondientes iba a ser muy limitado. Y la idea era tomarse unas seis fotos, de las cuales tenía que salir la portada oficial del próximo álbum. Realmente no hubo una razón especial para elegir el escenario, solamente se quiso buscar lo más cómodo para el grupo: el paso de cebra que estaba situado justo enfrente de la puerta de los estudios de grabación. No tendrían que trasladarse a otro lado y terminadas las sesiones, estaban cerca del estudio.
En cuanto al vestuario, los cuatro Beatles aparecieron en la foto tal como iban vestidos aquel día, como solían usar por aquella época. Paul, que vivía muy cerca de los estudios de grabación, había llegado ese mismo día de la foto con sandalias al trabajo, y en algunas de las otras fotos tomadas ese día, se le puede ver caminando llevándolas consigo puestas. Pero pese a lo casual que fue aquella sesión de fotos, hubo algunos preparativos. Había un Volkswagen Escarabajo que aparecía en la foto y que solía estar aparcado en ese sitio con frecuencia, y era propiedad de alguien que vivía en los pisos de al lado del estudio. Antes de la sesión fotográfica, la policía trató de quitarlo de la acera, pero no pudo hallar a su dueño. La policía había cortado el tráfico previamente, y de hecho en la portada del disco se puede ver una camioneta policial estacionada en la acera derecha. No hubo, sin embargo, restricción para el tráfico peatonal, y la foto muestra algunas personas que estaban en la calle en ese preciso momento. La sesión de fotos duró sólo 10 minutos. Los cuatro Beatles salieron del estudio de Abbey Road a las 10:00 am en punto, el viernes 8 de agosto de 1969, con la ropa que llevaban puesta. El fotógrafo Ian McMillan se subió a una escalera en la mitad de la calle y les pidió que cruzaran normalmente y sin actuar. Cruzaron cuatro veces y se hicieron seis tomas. Y la elegida fue la quinta toma. Desde el punto de vista técnico, la foto no tiene ningún misterio, fue tomada del modo más simple, sin flash, sin trípode, sin filtros, sin teleobjetivos sofisticados. Apenas con un lente de 28 mm. McMillan hizo el encuadre sin perder el protagonismo de ellos cuatro y sin descuidar el entorno. John Lennon, Ringo Starr, Paul McCartney y George Harrison caminando de izquierda a derecha, sin mirar a la cámara: esa fue la única consigna. Tras la sesión fotográfica, los Beatles se reunieron para tomar algo en casa de Paul, que vivía entonces en Cavendish Avenue Nº 7, a poco más de 50 metros del lugar de la fotografía. De esta forma, nació una de las portadas más famosas de la historia de la música contemporánea.
Pero hay algunos detalles interesantes que resaltar. Sobre la derecha de la imagen se ve a un hombre de pie con saco marrón, pantalón negro, camisa blanca y lentes gruesos. Su nombre era Paul Cole -quien murió a los 96 años, en febrero de 2008- y estaba de vacaciones en Londres con su esposa. Ella quería entrar a un museo, pero él no y prefirió salir a caminar y tomar un poco de aire. Fue así como paseando por el barrio llegó casualmente hasta la puerta de Abbey Road, donde vio que un policía estaba cortando la calle y que cuatro jóvenes caminaban por el paso cebra, y que un tipo subido a una escalera les sacaba fotos. La camioneta que está al lado de Cole es una unidad policial. Cole observó la secuencia y no le dio importancia. Media hora después volvió al museo para encontrarse con su esposa. Al día siguiente volvieron a Deerfield Beach, donde vivían en ese momento. Un año más tarde Cole vio la tapa del disco en su propia casa, su esposa estaba aprendiendo a tocar una canción de George Harrison en el piano. No salía de su asombro y le contó la historia a ella y a sus hijos. Tras una razonable incredulidad, fueron en busca de una lupa y disiparon las dudas. Había salido en la carátula del “ABBEY ROAD”.
Pero también esta carátula dio lugar a que se esparcieran aquellos absurdos rumores que hablaban acerca de que Paul había muerto y que había sido suplantado por un doble. Y se estas suposiciones se basaban en el hecho que en el Volkswagen blanco se podía leer en su matrícula LMW 281F, e interpretaban esta placa de la siguiente manera: “LMW” significaba Linda McCartney Waits (Linda McCartney espera) y 28IF, se la interpretaba como 28 if, que en inglés era una referencia a que si Paul viviese tendría 28 años, ya que “if” significa “si” como condicional. Pero hay dos cosas: en primer lugar, cuando Paul se tomó esa foto tenía 27 años, no 28. Y en segundo lugar, si como se decía, Paul hubiera muerto en 1966, nunca hubiera conocido a Linda Mc Cartney, entonces ¿por qué tendría que esperar Linda a quien nunca conoció? Pero la verdad era otra, ya que ese auto pertenecía a un hombre que vivía en un piso exactamente al lado del estudio. También se llegó a afirmar que Paul había muerto, porque era el único que estaba descalzo, con un cigarro en la mano derecha siendo zurdo y con el paso cambiado. Pero, con respecto a lo de los zapatos, Paul comentó que aquel día hacía calor y que en un momento determinado se los quitó sin más. De hecho, en fotos desechadas de la misma sesión, aparece calzado con unas sandalias.
Esta foto realmente pasó a la posteridad, e incluso ha dado lugar a una serie de parodias, cada cual más graciosa y ocurrente que la otra. En lo personal, me encanta la de los Simpsons, que me parece muy ocurrente, la de Mafalda que la encuentro genial y divertidísima, con Manolito botando todo su encono por los Beatles, o la de Snoopy, Plaza Sésamo y hasata Condorito. Hasta el mismo Paul McCartney se tomó el asunto a la broma, y varios años después, en 1993, ironizó sobre esto en su buen disco en vivo, “PAUL IS LIVE”. En la portada del mismo, aparecía Paul cruzando la misma calle y paseando a su pastor inglés, y el escarabajo blanco, estacionado en el mismo lugar, curiosamente tenía por matrícula LMW 511F -su edad en ese año 1993.
Finalmente, es bueno señalar que en diciembre del 2010, el lugar recibió el grado Monumento Clasificado por su "importancia cultural e histórica", y los estudios Abbey Road también recibieron una categoría similar a inicios del año. Han transcurrido 46 años de ese momento, y lo que quizás en su momento fue considerado como algo simple y sin mayor trascendencia, con el correr de los años se ha convertido en un ícono de la cultura pop de todos los tiempos, y en una de las carátulas más influyentes y veneradas en la historia de la música. Hasta el día de hoy, no hay beatlemaniaco que estando por allí, no aproveche en tomarse una foto cruzando esa famosa pista. Y todo ello se originó en una calurosa mañana de agosto del 69 y quedó registrada para toda la vida.