Esta teoría radical, puesta de manifiesto en numerosos libros y películas de ficción, ha sido y es considerada actualmente por la ciencia como posible; es más, los científicos la llevan a un nivel cósmico y piensan que si una sola civilización del universo alcanzó el nivel tecnológico para emular universos enteros, entonces incluso lo que nuestras sondas y telescopios espaciales ven allí afuera podría pertenecer a una simulación.
Robert Lawrence Kuhn, escritor y anfitrión del programa Closer to Truth, recientemente exploró esta teoría en un episodio en donde entrevistó a varios académicos, entre ellos Nick Bostrom, filósofo de la Universidad de Oxford, quien sostiene que el escenario presentado en la película The Matrix podría ser cierto, pero «en vez de estar los cerebros conectados a un simulador virtual, los propios cerebros también serían parte de la simulación».
Kuhn también apunta en su programa a cómo las leyes de la física parecen responder a procesos computacionales, con patrones en la naturaleza que revelan un modelo inherente e intencional.
Marvin Minsky, considerado uno de los padres de las ciencias de la computación y cofundador del laboratorio de inteligencia artificial del Instituto Tecnológico de Massachusetts, le dijo a Kuhn que sería muy difícil distinguir si te encuentras en una simulación computarizada.
«La única posibilidad de establecer que una persona se encuentra en un simulacro es hallar un “fallo de programación” que podría representar, por ejemplo, la violación de una ley de la física», explicó Minsky.
En tal contexto, muchos estudiosos han sugerido que el exótico límite de Greisen–Zatsepin–Kuzmin que parece restringir a los rayos cósmicos ultraenergéticos podría ser uno de tales «fallos».
¿Múltiples universos es igual a múltiples simulaciones?
Otros de los consultados fue el físico Paul Davies, quien se ocupó de poner al descubierto ciertas implicaciones que afectan a la teoría del multiverso en relación con la posibilidad de vivir en una simulación de computadora.
«Si damos por hecho la existencia de múltiples universos, entonces debemos deducir que en algunos de ellos deben existir supercivilizaciones con la capacidad de simular mundos enteros. Y dado que los universos simulados son más fáciles de crear que aquellos verdaderos, entonces —matemáticamente—, las simulaciones deberían superar por mucho a los verdaderos universos. Por ende, la posibilidad que formemos parte de una simulación es mayor», se explayó Davies.
El término de «multiverso» fue acuñado en 1895 por el psicólogo William James. El concepto de multiverso se ha usado en cosmología, física, astronomía, filosofía, psicología transpersonal y ficción.
«Mientras que los multiversos son inevitables bajo nuestra concepción del Big Bang, utilizarlos para explicar todo lo que existe es un ejercicio peligroso y pantanoso que nos llevará a conclusiones absurdas», concluyó el físico.
Deus ex machina
¿Tiene el argumento de la simulación alguna relación con el Teísmo, la existencia de un Dios?
El filósofo Nick Bostrom piensa que «la hipótesis de la simulación es una forma débil de Creacionismo, porque los creadores-simuladores comparten algunos de los atributos que tradicionalmente se asociarían con Dios, en el sentido que ellos habrían creado nuestro mundo».
«Ellos —los creadores-simuladores— podrían intervenir en nuestro mundo experimental al manipular la simulación y así cambiar lo que quisieran, una capacidad de omnipotencia en toda regla», agrega Bostrom. Empero, si este universo luce como el software creado por un programador omnipotente, ¿quién creó al programador?