En declaraciones realizadas este mes al programa RichPlanet TV, el informático señaló haber encontrado archivos que indican que la Marina de Guerra de Estados Unidos tendría varios oficiales que comandarían una flota de buques espaciales en lo que sería un programa espacial ultrasecreto. Además, afirmó que la agencia espacial estadounidense a menudo edita y borra de sus imágenes en alta resolución la presencia de ovnis.
«He utilizado un programa llamado Landsearch para buscar todos los archivos y carpetas de la NASA y encontré una hoja de cálculo Excel con nombres de ‘oficiales no terrestres’. Yo supongo que son para naves espaciales», indicó McKinnon, quien buscó los nombres de estos «oficiales no terrestres» en los archivos públicos de la NASA sin resultado alguno, por lo que supone que sería información confidencial.
En la entrevista, McKinnon también habla sobre la ex contratista de la NASA Donna Hare, quien en noviembre de 2000 dio a conocer que la agencia espacial estaba «retocando» fotos donde aparecían ovnis.
«Ella tenía este colega que se encontraba en otra habitación —ambos tenían credencial secreta pero se desempeñaban en diferentes proyectos— y Hare entró al laboratorio, oficina, o lo que sea que fuera, de su compañero y éste la invito a ver algo», dijo McKinnon. «El colega de Hare, que trabajaba en el edificio 8 del Centro Espacial Johnson en Texas, entonces le mostró la foto de un gran disco blanco sobre la Tierra».
Y más tarde le confesó que «el laboratorio entero estaba dedicado a retocar imágenes para eliminar ovnis que aparecían en las fotos satelitales de alta resolución de la NASA». El hacker británico expresó lo relativamente sencillo que fue infiltrarse en las computadoras de la NASA debido a que éstas no usaban en aquel momento direcciones de Internet no-rastreables.
McKinnon, motivado por las búsqueda de evidencia sobre vida extraterrestre y ovnis, además hackeó las computadoras del Pentágono. Esta proeza le llevó a su arresto y a enfrentar 10 años de batallas legales para evitar su extradición a los Estados Unidos, donde le habrían esperado 60 años de cárcel.