Estudios recientes muestran que una variedad de actividades físicas se asocian con unos cerebros más sanos en los adultos mayores.
Mente sana en cuerpo sano
Estos estudios han constatado que los adultos mayores, normalmente sedentarios, que caminan a un paso moderado tres veces por semana durante un año mejoraban el tamaño de la región del cerebro que tiene que ver con la memoria.
A la vez, también también se ha detectado que el entrenamiento en resistencia (con pesas,) dos veces por semana, ayuda a las mujeres con señales leves de declive mental a mejorar sus puntuaciones en pruebas de memoria y pensamiento. Y de igual forma que el ejercicio realizado para la fuerza y el equilibrio también mejora la memoria.
Ninguno de estos estudios ofrecen una receta clara para evitar los declives mentales y el Alzheimer, pero en conjunto, la creciente acumulación de investigación sugiere firmemente que la actividad física es esencial para un envejecimiento saludable del cerebro, y podría ayudar a prevenir el Alzheimer, aseguran los especialistas de esta dolencia.
Pérdida progresiva de memoria
Tras cumplir los 50 o los 55 años, los adultos pierden alrededor del uno por ciento del volumen cerebral al año, señalan los expertos. Una reducción marcada del hipocampo puede ser una señal de la enfermedad de Alzheimer.
Los nuevos estudios muestran que el hipocampo sigue siendo muy plástico durante toda la vida, incluso en la vejez, aseguran estos investigadores que manifiestan que no solo se puede evitar que se encoja, sino aumentar el tamaño del cerebro en un periodo relativamente corto, apenas un año tras lograr que la gente se haga más activa.
Aún no está claro en qué forma el volumen cerebral o los niveles de FNDC se relacionan con la memoria o las habilidades de pensamiento, pero sí que las personas que tienen mayores aumentos en el tamaño del hipocampo también tienen una mejora más grande en el FNDC, lo que sugiere un cerebro más sano, dicen los expertos.
En lugar de decir que un tipo de ejercicio es más importante que otro, es probable que la respuesta sea más compleja, y varios tipos de actividad física afecten distintos aspectos de la salud cerebral, comentaron.
Hay muchas evidencias, aseguran los investigadores de la materia, que señalan que el ejercicio físico, en realidad varios tipos de actividad física combinados, puede resultar beneficioso de muchas formas, ya sea al reducir el riesgo de obesidad y de aumento de peso o la inflamación, pero también con una mayor esperanza de vida, y se está demostrando que con una reducción en el riesgo de demencia.
Parece, pues, que hay una relación muy directa entre la actividad física y la integridad del cerebro, enfatizan estos expertos, aunque no está demostrada una relación causal.
Es probable, añaden también, que la genética tenga algo que ver, pero en general, aseguran, un estilo de vida sano respalda a una buena memoria.