1. No te puedes hacer cosquillas a ti mismo
Es muy improbable que te puedas hacer cosquillas a ti mismo, esto debido a la propiocepción que es la capacidad de detectar nuestro propio cuerpo, las cosquillas se producen cuando ciertas partes del cuerpo son tocadas con suavidad de manera inesperada, por lo tanto cuando te intentas hacer cosquillas necesariamente tu cerebro ya sabe lo que ocurrirá, por lo que no es nada inesperado.
2. El sentido del humor se localiza en una zona específica del cerebro
El ser humano es la única especie capaz de reír, científicos hallaron una zona del cerebro del tamaño de una nuez, responsable del sentido del humor y la capacidad de reír en las personas, esto se descubrió mientras estimulaban con corriente eléctrica el cerebro de una chica de 16 años de edad, que sufría de ataques epilépticos.
Al estimular una zona en concreto del cerebro, la chica sentía una sensación de regocijo y empezaba a reírse, aunque la risa surgía tras estimular esta zona del cerebro, la paciente daba una explicación diferente cada vez, en una de las ocasiones la atribuyo a la fotografía de un caballo, otra a un párrafo que leía, en otra a los trajes de los científicos, etc.
Por otro lado hay pacientes con daño cerebral, que pierden la capacidad de entender los chistes, al tener problemas con la interpretación de estos.
3. El cambio de horario frecuente puede generar trastornos en la memoria
Por asombroso que pueda parecer, el jet lag frecuente también conocido como la descompensación horaria o disritmia circadiana que ocurre cuando una persona viaja constantemente largas distancias, cruzando necesariamente por varias zonas horarias, genera un riesgo de daño cerebral y puede ocasionar problemas de memoria.
Esto como resultado del estrés producido por los diferentes síntomas generados por el cambio tan brusco en el reloj interno de cada persona (fatiga, vómitos, dificultad para tomar decisiones, irritabilidad, apatía, entre otros) .
4. La razón por la que se nos quedan pegadas las canciones en la cabeza
A todos nos ha pasado y aunque no es una cuestión de vida o muerte si puede llegar a ser muy molesto, escuchar la misma melodía una y otra vez en un bucle que parece no tener fin, la razón por la que se nos queda una melodía pegada se debe a la corteza auditiva, a partir de esta lo que el cerebro busca es completar la canción en cuestión y su forma de hacerlo es la repetición, es por esto que muchas veces al tener una canción pegada en la cabeza, deseamos también escucharla y al escucharla sentimos cierta sensación de descanso.
La buena noticia es que no es algo necesariamente malo, molesto si, pero no malo, ya que en cierto modo esto logra que nuestro cerebro se mantenga en constante actividad, mejorando nuestras habilidades cognitivas.
5. Bostezar pone en marcha tu cerebro
Aunque normalmente asociamos los bostezos con el sueño, el cansancio o el aburrimiento, este de hecho es un medio que utiliza nuestro cerebro para despertar y refrescarse. Los bostezos expanden la laringe y la faringe, lo que permite la entrada abundante de aire, que fluye a través de los pulmones y llega al torrente sanguíneo, con lo que tu cuerpo se pone en estado de alerta.
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