(Los jóvenes se ríen. Al salir, ELLA se
vuelve y con mucha coqueteria hace sonar la trompeta.)
ELLA
Ttttuuuutttt. ..
JUAN
(Remedándola de no muy buen humor.) Ttuuuttt.
¡Pues sí señor, me alegro y me alegro! (Al salir el
NIETO cierra la puerta, con lo que cesa la música
del Carnaval.) Pero ¿será capaz de cerrarme con
llave? ¡Como si me importara gran cosa! Cuando
quiera salir, paso por la terraza a1 jardín... ¡y que
me busque!... (Abre el balcón. Se estremece de
frío.) Brrrrrrr. (Por el puro que tiene en la mano
y del que quita ceremoniosamente la anilla.)
«Romeo y Julieta.» (Recitando.) «Es la alondra quien
canta, la mensajera de la mañana, no el ruiseñor»...
(Dudando.) ¿O eso es de Ote1o?... (Mirando
la botella de coñac.) Carlos Primero, un tío
grande. Batalla de Lepanto, Juan de Austria, El
Escorial... ¿O ese era Felipe Segundo? (Perplejo
un instante.) Decididamente, hijo, estás hecho
un viejo... muy Viejo..., lo que se dice, un car-
camal. (Buscando en la librería II.) Moliere, Maugham,
Mauriac, Miró, «Marcelino, Pan y Vino». (Saca el libro.)
Me 1o sé de memoria, pero es el único
que aún me distrae. (Se sienta en el sofá. Enciende el
habana. Tose.) Desde luego, estos habanos
no son los de antes... (Se sirve coñac y bebe.)
Y este coñac... cada día es más fuerte. (Casi se duerme.)
¿Eh? ¿Eh? Estaría bueno que, por no querer
meterme en la cama, terminara por dormirme aquí...
(Coge el libro y se dispone a leer. Por la
puerta del balcón entra ELLA. Viene vestida
con una malla negra y un pequeño
antifaz negro. Pasa al medio de la escena.
Con toda naturalidad se quita el antifaz,
y Sacando del bolso una polverita y
un espejo se arregla la cara. JUAN, que
nota un poco de aire ?pues ELLA ha dejado
el balcón abierto?, se levanta y lo cierra.)
ELLA
¡Hola!
JUAN
¿Eh?. .. Perdón, señorita, no la había visto.
ELLA
Adivina mi disfraz... Noche sin luna... ¿Te gusta?
¡Qué buena idea! Nada mejor que un copazo, para
empezar bien. (Se le bebe la copa de coñac.)
Pero déjame Ver. .. ¿De qué vas tú?
JUAN
Pues. . .
ELLA
Date una vuelta... (El obedece.) ¡Bravo! ¡Disfrazarse
de viejo, qué ocurrencia!... Y no te falta detalle.
(Ríe.) ¡Formidable, formidable! ¿Bailamos?
JUAN
Yo bien quisiera, señorita...
ELLA
¡Pero, hombre, qué serio! ¡Es Carnaval!, ¡es noche
de locura! ¿No sientes deseos de reír sin ton ni
son, de correr, de saltar? ¿Sabes qué me gustaría?
Patinar por el cielo, como si fuera una pista
de hielo negro..., y jugar con esa pelota blanca
que es la luna... y luego apagar las estrellas una a
una. .., como velitas de un pastel de cumpleaños...
No, tranquilízate, no estoy chalada. Ya sé que es
imposible, pero esta noche basta con cerrar los
ojos bien fuerte... y todo puede ser. (Invitándole
a bailar.) Anda, chato, se simpático. Sólo un
baile.
JUAN
Señorita, aquí hay un mal entendido que quisiera
aclarar.
ELLA
¿Un...?
JUAN
Se trata de mi disfraz. Bueno, me temo que ha
sufrido usted una pequeña confusión... Yo..., es
decir..., no voy disfrazado, en absoluto... Soy
así... No sólo en Carnaval, sino... siempre.
ELLA
¿De veras?
JUAN
Lo siento, señorita.
ELLA
(Observándole, dando una vuelta a su alrededor.)
Quieres decir que... verdaderamente... eres...,
¡bueno!...,un...
JUAN
(Dramática) Un viejo, sí.
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