Malcolm era un joven responsable alto y muy delgado.
Tenia el pelo castaro, que llevada argo y despeinado,
y las ojos marrones le bizqueaban de tanto leer: Una noche,
sus amigos lo encontraron haciendo las maletas.
Mi examen de ingreso a la universidad está al caer;
sólo quedan tres meses - explicó. Quiero irme lejos de aquí,
a algún sitio tranquilo donde pueda estudiar sin que me molesten.
Sus amigos no intentaron disuadirle. Sabían que Malcolm
se tomaba muy en serio sus estudios.
El joven empaquetó todos los libros necesarios.
Luego tomó el tren y se apeó en un pequeño pueblo alejado de su ciudad.
Frente a la estación del ferrocarril, encontró una pintoresca casa de huéspedes.
Su propietaria, la señora Witham, lo condujo a un cuartucho de alquiler.
Era una mujer de cara redonda y rojiza, con el pelo rizado y canoso.
Llevaba un delantal blanco lleno de manchas sobre un largo vestido gris y plisado....
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