Tour y Museo del Ajax
Pero no os vayáis a pensar que ese pequeño incidente hizo mella en nuestro viaje. Qué va. Tomás se repuso y disfrutamos de un intenso fin de semana en Amsterdam, una ciudad imprescindible para todo futbolero que se precie: buena cerveza, variada gastronomía, interesantes paseos nocturnos, y, por supuesto, incomparables museos. Además, teníamos ganas de ver al Ajax, uno de los grandes equipos de la historia, y de conocer el Amsterdam Arena, el primer estadio realmente moderno de Europa. Y el primero con techo retráctil. Un detalle que, en pleno mes de febrero, agradecimos. El frío invernal también invita a refugiarse en el museo del Ajax, aunque cierra los días de partido. ( Lunes a viernes de 9:30 a 18:00. Sábados y domingos de 10:00 a 17:00). Es gratuito y está junto a la entrada principal. También son libres los entrenamientos del Ajax, que se ejercita muy cerca del estadio. Otra opción es hacer la visita guiada, que te llevará una hora. ( Precio: 12??? adultos, 10??? niños).
Llegar al Amsterdam Arena
Cierto es que la liga holandesa no se encuentra entre las más competitivas de Europa, así que intenta elegir un partido que pueda ser decisivo para el título. La atmósfera del estadio no desmerece, te lo aseguro. En nuestro Ajax-Twente hubo lleno, mosaico previo y cánticos durante todo el partido. Para que os hagáis una idea, el ambiente estuvo por encima de la media en un estadio español. Además, llegar desde el centro es realmente cómodo. Aunque puedes ir en tren, lo más sencillo es coger el metro en la Estación Central. Pasan cada diez minutos y tardarás unos 15′ en llegar. Luego, sólo tendrás que caminar 5 minutos más y estarás allí. ( Paradas Metro: Strandvliet o Bijlmer Arena, líneas 50-54).
Alojamiento: alternativas al hotel
Lo más probable es que no andes lejos de la Estación Central a la hora de ir al estadio. De hecho, en apenas 15-20 minutos llegarás desde el Aeropuerto de Schiphol. El centro de Amsterdam es bastante accesible a pie, aunque siempre tendrás alternativas: la bici es el principal medio de transporte y el preferido de los holandeses. Y, si no te convence, está el tranvía, que cuenta con 16 líneas. Llegan cómodamente a la zona de los museos (líneas 2 y 5), a la Casa de Ana Frank y la iglesia Westerkerk (líneas 13 y 17) y hasta el parque Vondelpark (línea 1). La línea 9 recorre los principales puntos de interés. Así que no conviene dormir lejos del centro si tu viaje es de fin de semana. Alojarse en Amsterdam no es barato si pensamos en los hoteles tradicionales. Mi recomendación es optar por una habitación tipo B&B, que siempre es más económico. También puedes elegir un apartamento, donde tendrás la opción de cocinar o, si vas un poco más desahogado, probar en una casa flotante en uno de los canales. Puede ser una experiencia preciosa. Cualquiera de estas opciones la encontrarás en wimdu.es, un portal muy apañado que ofrece opciones de todo tipo. En mi opinión, mucho más atractivas que el clásico hotel.
Comer y disfrutar
A estas alturas tendréis claro que Amsterdam no es una ciudad barata. Comer no es una excepción. Existen multitud de posibilidades, sobre todo de comida rápida. La más llamativa se llama FEBO. Se trata de cajeros automáticos que ofrecen todo tipo de tentempiés: patatas con salsa, queso frito, perritos calientes, croquetas… Teniendo en cuenta que el precio medio del menú ronda los 20???, existe una alternativa más barata, curiosa e interesante a los restaurantes: La Place. Nosotros pasamos por allí y a mí me gustó la experiencia. Es una especie de mercado-autoservicio en el que puedes elegir de todo, te lo llevas a una mesa y listo. Puede incluso resultar divertido. Tanto como la propia ciudad, una de mis debilidades. Y es que hablamos de la Europa moderna y cosmopolita. Aunque dedicaré posteriores entradas a sus lugares de interés, ya sabrás que Amsterdam es la ciudad de los canales, el Barrio Rojo y los Coffee Shop, el Museo Van Gogh y el resto (soy un apasionado de Vincent…), la Casa de Ana Frank, las iglesias de ladrillo, el mercado de las flores y Vondelpark, el parque más grande Holanda. Un lugar con césped suficiente como para echar un partido de fútbol y que nadie te llame la atención. Pero ya te iré contando, porque todo lo que ofrece Amsterdam hay que probarlo.
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