Hola Chic@s!! Como os dije, en el post anterior aquí tenéis un pequeño resumen de mi viaje a Amsterdam. Ciudad que me enamoró con variedad de opciones tanto de ocio como culturales. Una de ellas bastante poco común para nosotros, la venta y consumo legal de Marihuana y Hachís en cualquier Coffee Shop del país.
Empezamos nuestro viaje con una excursión a Brujas, Bélgica. Preciosa ciudad medieval que nos gustó mucho pero de la que teníamos otra idea, nos la esperábamos más un pueblecito y no una gran ciudad como es. Después de pasar el día allí, llegamos a Amsterdam sobre las 21.00h de la noche y nos fuimos directo al Distrito rojo, donde pasamos 4 horas paseando entre sex shops, escaparates donde como todos sabemos se encuentran las prostitutas y coffee shops. Nosotros entramos en un cofre shop llamado The Bulldog, donde tomamos una cocacola... ya que no sirven alcohol.
Pero Amsterdam es mucho más que eso, así que al día siguiente nos pasamos el día recorriendo la ciudad, paseando por sus canales y contemplando sus característicos y antiguos edificios con sus singulares ganchos para subir los muebles, visitando los sitios que para nosotros eran de interés, como la casa de Anne Frank, lugar que nadie debe dejar de visitar. Se encuentra en el 236 de PRINSENGRACHT, pegado a la iglesia que Anne, cita en su libro WESTERKERK, eso sí os recomiendo comprar las entradas en la página oficial www.annefrank.org ya que desde primera hora de la mañana hay colas interminables.
Al día siguiente, fuímos a visitar KEUKENHOF, un parque enorme lleno jardines y flores entre ellas los famosos tulipanes. Para llegar allí, en la plaza Leidseplein, hay un kiosco donde podéis comprar el TICKET COMBI e ir por vuestra cuenta, es mucho más barato.
Por último, fuimos a visitar un pueblo de pescadores al norte de Holanda llamado Voledam, parece de cuento, todo muy limpio y bien cuidado, allí compramos queso y stroopwafel, unas galletas típicas de holanda que están de muerte. Lo que llamó mi atención de Voledam, es que todas las casas tenían las ventanas con las cortinas blancas, plisadas, perfectamente colocadas y con jarrones o decoraciones que hacían que en vez de una casa, pareciera un escaparate.
En fin, un país que os recomiendo a todos visitar al menos una vez en la vida.
Y hasta aquí el post de hoy, nos vemos el lunes.
Besitos, Natalia.