Visitando Amsterdam y La Haya

El pasado uno de octubre tomamos un avión desde Madrid con destino al aeropuerto de Schiphol en Amsterdam, para iniciar un viaje que terminaríamos diez días después en Bruselas. Un recorrido fascinante y muy divertido por esas dos espléndidas ciudades, a las que sumaríamos también una visita a La Haya y a la preciosa Brujas.



Disponíamos de tres días completos para disfrutar de Amsterdam, pero también queríamos acercarnos hasta la Haya, visita que programamos para el segundo día.

Día 1

Decidimos aprovechar al máximo nuestro tiempo, así que después de un abundante y suculento desayuno en nuestro hotel, nos lanzamos temprano a recorrer la ciudad y empezamos por dirigirnos a su corazón, la Plaza Dam.



Esta plaza es, desde los orígenes de la ciudad, el centro de la misma. Dam significa “presa”, y aquí se fundó la presa sobre el río Amstel en el S.XIII, de ahí deriva el nombre de Amsterdam. El diseño de la plaza en su totalidad  es obra del arquitecto J.J. Oud. Se sitúan en ella importantes edificios: el Palacio Real construido primeramente como ayuntamiento, La Iglesia Nueva originaria del S.XV, o el famoso NH Amsterdam Gran Hotel Krasnapolsky, donde se alojan todas las celebridades que llegan a la ciudad. Al otro lado de la plaza está también el Museo Madame Tussauds, y casi en el centro de la misma se halla el National Monument, levantado en honor a los caídos en la segunda guerra mundial.



Nos dirigimos por Warmoesstraat hacia el Barrio Rojo en busca de la Oude Kerk (la iglesia vieja), el monumento más antiguo de la ciudad. Sus orígenes se remontan al S.XIV. Se fundó como iglesia católica, pero a partir de 1578 pasó a manos protestantes. Posee la mayor bóveda medieval de madera de Europa.

Siguiendo con el paseo nos encaminamos hacia la Nieuwmarkt, la plaza del nuevo mercado. Data esta plaza del año 1614, y desde entonces ha sido siempre sede de un mercado que se celebra aún todos los días. Los sábados se dedica a productos biológicos y los domingos se convierte en un mercado de antigüedades y libros. Además de mercado, este fue lugar de ejecuciones públicas en época medieval, y durante la ocupación alemana, los nazis agrupaban allí a los judíos que iban a ser deportados a los campos. Esta plaza forma parte del barrio chino de Amsterdam y en ella abundan las   cafeterías y coffeeshops.

En Nieuwmarkt se encuentra el Waag, la “casa del peso”, uno de los edificios medievales mejor conservados de Amsterdam. En el siglo XV formaba parte de la muralla que protegía la ciudad, se trataba de un pórtico conocido como la puerta de San Antonio. En el siglo XVII las murallas empezaron a desmoronarse y el pórtico perdió su funcionalidad, pero se decidió agregar un techo entre sus torres, utilizándose como sede de distintos gremios en la recién instalada plaza del mercado. Unos años después se añadieron al conjunto una cúpula y una torre central que le dieron el aspecto que tiene en la actualidad.

La caminata comienza a abrirnos el apetito y decidimos regresar al punto de partida para buscar algún lugar donde reponer fuerzas. En las inmediaciones de la plaza Dam visitamos antes la Nieuwe Kerk (Iglesia Nueva) del siglo XV. Casi enfrente de la misma está situado el precioso edificio de estilo neo gótico de la antigua Oficina de Correos, en la actualidad convertido en el Shopping Magna Plaza.

El interior del edificio Magna Plaza es también muy atractivo. Nos detenemos aquí mismo para comer algo antes de continuar con el recorrido.

Hemos contactado previamente con los chicos de Sandemans, porque nos apetece explorar el famoso Barrio Rojo por la noche, pero con guía. Esta empresa ofrece tours en español muy interesantes, además realizan un tour gratis por el centro de la ciudad muy recomendable. Mientras hacemos tiempo hasta la hora de inicio del tour, seguimos callejeando por la ciudad y descubriendo rincones y edificaciones sorprendentes, como las que se sitúan en las inmediaciones del canal Singel:

La iglesia católica de San Francisco Javier y sus dos torres puntiagudas. El hermoso Teatro de la Ciudad. El Bulldog, el coffee-shop más antiguo de Amsterdam.

La Munttoren (Casa de la moneda) con su carillón de 38 campanas que da la hora cada 15 minutos con las más variadas melodías. El Museo de la Marihuana, único museo del mundo sobre la historia del cannabis. El edificio de los grandes almacenes De Bijenkorf (La Colmena), algo así como “El Corte Inglés” holandés, pero más exclusivo.

Se aproxima la hora de comienzo de nuestro tour por el Barrio Rojo, así que nos encaminamos de nuevo a la plaza Dam, punto de encuentro con nuestra guía. El distrito rojo de Amsterdam es el más antiguo y turístico de la ciudad, y uno de los barrios más famosos y polémicos de Europa. Famoso por los escaparates en los que se exhiben las mujeres que ejercen la prostitución, las tiendas eróticas y los coffeeshops, es el mejor ejemplo de que en Amsterdam todo, o casi todo, está permitido.

Pero, aunque aquí la prostitución es legal y las trabajadoras cuentan con seguridad y derechos, personalmente me pareció una visita curiosa (para opinar de algo es preciso conocerlo) pero bastante sórdida. No dejan de ser mujeres que están vendiendo su cuerpo tras un escaparate como si de mercancía se tratase, y no creo que se lo estén pasando bien. Puede que no tengan otra alternativa, y eso me parece lamentable.

Tras dos horas de recorrido perfectamente explicado por nuestra guía de Sandemans, regresamos a nuestro hotel para cenar y descansar de este primer e intenso día en Amsterdam.

Día 2

En nuestro segundo día queremos hacer una breve visita a La Haya, la capital administrativa del reino holandés. Para ello nos encaminamos a la preciosa Estación Central, uno de los edificios más imponentes de la ciudad, con una fachada neo gótica que sorprende.



El viaje en tren desde Amsterdam a La Haya dura menos de una hora. Al bajar del tren y salir de la estación, enseguida se percibe que estamos en una ciudad señorial. Los imponentes edificios del ministerio de seguridad y justicia nos reciben, obligándonos a elevar la vista al cielo.

Recorremos la avenida Kalvemartkt en dirección al centro histórico y nos vamos encontrando a nuestro paso un buen número de curiosas esculturas.

Se trata del Sokkelplan (Plan base), una ruta de esculturas organizada por la Pinacoteca de la Haya.

Continuando nuestro paseo llegamos hasta De Passage, una preciosa galería comercial cubierta del S.XIX. Repleta de sofisticadas boutiques, es el centro comercial más antiguo de Holanda.

Visitamos más tarde el complejo Binnenhof, la sede parlamentaria en uso más antigua del mundo. Una estatua ecuestre del rey Guillermo II parece hacer guardia ante la entrada principal.

El edificio más importante es el Ridderzaal (salón de los caballeros) del siglo XIII. Es aquí donde todos los años el rey pronuncia su discurso a la nación, y se celebra la apertura de las sesiones parlamentarias.

Seguimos caminando hasta llegar a la Het Plein, la principal plaza de La Haya. Un gran espacio rodeado de edificios históricos, y repleto de cafés y restaurantes. En su centro está situada la estatua del príncipe Guillermo de Orange, un héroe nacional del siglo XVI al que se conocía como “el Taciturno”.

Una de nuestras principales motivaciones para viajar a La Haya era visitar la pinacoteca Mauritshuis y contemplar de cerca, entre otras maravillas, “La joven de la perla” de Vermeer y la “Lección de anatomía” de Rembrandt.

Y lo cierto es que no nos defraudó en absoluto. Es un museo extraordinario, ubicado en un precioso palacio que alberga una espléndida colección de arte, sobre todo pintura holandesa del siglo XVII. Por cierto, el museo cuenta con un acogedor restaurante que sirve un delicioso menú de excelente relación calidad/precio.



Encantados con la visita a esta preciosa ciudad regresamos a la estación para tomar el tren de vuelta a Amsterdam. Queremos aprovechar las últimas horas de la tarde para realizar un paseo en barco por sus canales al anochecer. Una experiencia absolutamente recomendable para disfrutar de otra perspectiva de la ciudad. Por algo Amsterdam es conocida como “la Venecia del norte”, y el recorrido de casi hora y media por sus canales es una maravilla.

No podíamos haber terminado mejor nuestro segundo día

Día 3

Nuestro último día en Amsterdam estuvo marcado por las visitas a los museos. Comenzamos la mañana acudiendo temprano al Rijksmuseum. Os recomiendo que obtengáis vuestras entradas con anticipación y a través de su página web para evitaros las colas. De obligada visita, el Rijksmuseum alberga una magnífica muestra de las mejores obras de los grandes maestros holandeses desde el siglo XVII al XIX. El edificio, obra del arquitecto Pierre Cuypers, fue inaugurado en 1885. Aparte de poseer lienzos famosos en el mundo entero, como el magnífico “Ronda de noche” de Rembrandt, también guarda la mejor muestra de cerámica de Delft.

El Museo Van Gogh, nuestro siguiente objetivo, está próximo al “Rijks”. Nos encaminamos hacia allí, pero antes nos hacemos la foto típica y tópica en el lema de la ciudad. Las enormes letras de “I amsterdam” situadas en la Museumplein.



El museo Van Gogh es el único lugar del mundo donde se pueden contemplar tantos cuadros juntos de este artista, el mejor pintor impresionista de todos los tiempos. La exposición está ordenada por etapas, de tal modo que resulta muy interesante contemplar la evolución artística y la vida del pintor. Otra visita imprescindible, para la que conviene obtener la entrada con anticipación para evitar largas colas. En las paredes del museo cuelgan además obras de otros pintores coetáneos y amigos de Van Gogh, como Toulouse-Lautrec, Gaugin y Monet. Cuenta con un restaurante auto servicio muy agradable.



En la Plaza de los Museos (Museumplein), compartiendo espacio con El Rijks y el Van Gogh, está situado el Moco Museum,  una ventana abierta al mundo de los artistas pioneros y protagonistas de diferentes movimientos artísticos contemporáneos. Se inauguró en abril del pasado año, y nosotros tuvimos el placer de visitar su dos primeras exposiciones, la dedicada a Andy Warhol, artista crucial del Pop Art, y la de Banksy, una de las figuras más célebres del llamado Street Art.

Un museo que merece la pena visitar, sin duda. Podéis obtener las entradas allí mismo sin problema.



Al terminar la visita damos un paseo por los preciosos jardines del Rijksmuseum.



Antes de cenar y dar por terminada nuestra estancia en Amsterdam, nos acercamos a la Plaza de Rembrandt. Este lugar se conocía en el siglo XVII como el Botermarkt (mercado de la manteca) porque todos los lunes se compraban en él los productos lácteos frescos de las granjas de los alrededores de la ciudad. En 1852 se colocó en el centro de la plaza una estatua en recuerdo de Rembrandt que pasó a llevar el nombre del pintor. En 2006, con motivo del 400 aniversario del nacimiento del artista, el escultor ruso Mijail Dronov realizó una serie de 22 esculturas de bronce que reproducen los personajes del cuadro “Ronda de noche”.



Nos detenemos un momento en el Bloemenmarkt (Mercado flotante de las flores) para comprar nuestros típicos bulbos de tulipán. Los orígenes de este mercado se remontan al año 1862, cuando los cultivadores de flores venían a la ciudad en barcas a vender sus cosechas.

Terminamos así nuestro periplo por Amsterdam y La Haya, dos ciudades que nos han encantado. Al día siguiente tomaríamos un tren con destino a la hermosa Brujas, pero esa es otra historia que os contaré otro día.

En el apartado de recomendaciones tengo que hacer mención de nuestro hotel, próximo a la Plaza de los Museos, con la línea 1 de tranvía casi en la puerta que recorre todo el centro. Confortable y con una magnífica relación calidad/precio, Hotel Espresso.

Y como no podría ser de otro modo, esta entrada va dedicada a mis compañeros de viaje: Marina, Rosa, Mª Carmen y Manuel, ha sido un placer, como siempre, compartir esta aventura con vosotros.