Rozendaal, que lleva desde 2006 fotografiando a mascotas, descubrió hace unos años que en los archivos de Amsterdam, el repositorio de documentos públicos más grande del mundo, faltaba algo: referencias fotográficas de las mascotas de la ciudad, habitantes muchas veces olvidados que han definido cada una de las épocas por las que ha pasado Amsterdam. Así que, aprovechando una beca concedida por los archivos, les propuso convertirse en la fotógrafa de mascotas oficial de la ciudad y completar ese hueco en el repositorio. Isabella Rozendaal, Dirkie (2), Highland Fold
Aunque su trabajo ya ha terminado, un total de 22 fotografías acabaron depositadas en los archivos y el pasado noviembre se publicó el libro Animalia Amsterdam: Pet Portraits, que reúne el trabajo de Rozendaal durante el tiempo que pasó como responsable de un puesto tan importante.
Desde caracoles hasta perros y gatos, pasando por cerdos enanos o conejos, el suyo es un compendio no solo de animales monos, sino de los vínculos invisibles que se establecen entre estos y sus dueños. Dedicando tiempo a entender la relación entre los humanos y sus mascotas, convirtiendo a los animales en el centro pero sin olvidar que todos ellos viven en un contexto más amplio, el trabajo de Rozendaal fascina por la extraordinaria variedad de poses que extrae de las mascotas, pero también por su inteligencia a la hora de
escoger el encuadre. Isabella Rozendaal, German Frodiet (3), caracol gigante africano Isabella Rozendaal, Spekkie (2), cerdo miniatura Isabella Rozendaal, Wilbur (1), pato Call
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