El interior
Por la puerta central se llega a los frescos del Claustro de los ExVotos, donde se conservaban, antiguamente, los exvotos de la Virgen. Si se cruza el pequeño claustro, se entra en la basílica. Ésta tiene sólo una nave, con decoraciones de mármol en los pilares y los arcos.
A la izquierda, está el tabernáculo de la Anunciación que hizo Pagno Portigiani, en 1448, para proteger la milagrosa Anunciación. El techo está decorado con entalladuras. En la nave hay 9 capillas, todas semicirculares excepto la mayor, la Capilla de la Virgen del Socorro, de forma casi rectangular.
Dentro de la basílica se pueden admirar, además, preciosos frescos de Andrea del Sarto, de Andrea del Castagno y del Perugino.
La leyenda del cuadro milagroso
Según la leyenda, el monje Bartolomeo, que debía pintar una Anunciación para la iglesia nueva, dejó la obra sin terminar, porque no era capaz de pintar el rostro de la Virgen, pero, mientras el pintor descansaba, un ángel terminó el cuadro. Esta leyenda hizo que la basílica fuera uno de los santuarios dedicados a la Virgen más venerados de Florencia, y el cuadro milagroso se colocó en la capilla de la iglesia.
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