La excursión de nuestro último día de crucero fue muy cortita y además ésta ya la hicimos por nuestra cuenta. Tocaba Marsella, y en comparación con lo que ofrecían las anteriores visitas ésta era la más pobre. Aun así también era una buena ciudad para dar un paseo. Para esta excursión nos juntamos con nuestros compañeros de cena del restaurante, que a su vez también conocieron a más gente. Al bajar del barco, un bus urbano gratuito nos esperaba para sacarnos de la zona del puerto. Lo primero que vimos fue la catedral de Marsella, una catedral justo al lado del puerto de estilo bizantino muy colorida y curiosa. Recorrimos el paseo marítimo y su agradable ambiente dominguero por la Quai du Port (Calle del puerto) y cogimos un trenecito habanero que nos llevó arriba de una colina donde se encuentra el icono de Marsella, la iglesia de Notre Dame de la Garde. Desde allí las vistas a la ciudad de Marsella eran tan bonitas...
Puerto y Notre Dame de la Garde en lo alto
Catedral de Marsella
Estuvimos un rato visitando aquello: la iglesia, la tiendecilla de souvenirs y haciendo unas cuantas fotos al paisaje tan mediterráneo, porque la verdad es que nos hizo un día perfecto. Después volvimos con el trenecito al puerto y nos dimos un paseo por el puerto entre terrazas y tiendas donde compramos unos cuantos jabones y directos al barco a comer en nuestro querido y amado buffet. Este día fue mucho más corto que los demás. En realidad fue más un paseo por Marsella que la excursión. Por la tarde, ya a bordo del Splendida, pudimos coger por primera vez en toda la semana de crucero unas hamacas mirando al mar. Menos mal que para despedir la semana de crucero pudimos despedirla a lo grande o al menos mejor que el resto de días intentando coger buen sitio...
Notre Dame de la Garde
Nos despedimos de los espectáculos tan fantásticos, del restaurante La Reggia, de los animadores de la disco, de los daikiris de fresa... nuestra semana de vacaciones en crucero había llegado a su fiiiin :(
Pero volveré tarde o temprano con otro crucero, lo presiento! lo respiro en el aire... fue demasiado fantástico para que no se vuelva a repetir. Es una experiencia 100 % recomendable que todo el mundo debería vivir alguna vez en su vida. Si nunca habéis hecho uno seguro que os encantará, animaos!!