Desde los 162 metros de altura del mirador de la basílica de Notre-Dame de la Garde, la vista de Marsella es impresionante. A lo lejos se divisa el puerto viejo, el barrio de La Joliette y una parte de la ciudad. Pero si uno mira hacia abajo, lo primero que verá es un campo de fútbol, uno de esos que siempre aparece en las listas de ‘los estadios más curiosos del mundo’. Y a fe que lo es. Está delimitado por la montaña, a un lado, y un bloque de pisos que proyecta su alargada sombre sobre el césped. El Stade Francis di Giovanni es la casa del Unión Sportive Marsella, un club de la División de Honor francesa, equivalente a la Regional Preferente española, cuyo estadio no tiene gradas pero sí numerosos palcos VIP. Porque, ¿acaso hay algo más cómodo que ver fútbol desde el salón de casa?
Roberto Cacheiro (@rcacheiro) icon-camera-retro