No existe peregrino que en su trayecto hacia Santiago de Compostela no se topara con un Cruceiro. Forman parte de su leyenda y paisaje, testigos de muchas historias relatadas a sus pies.
There is no pilgrim on his way to Santiago de Compostela who does not come across a Cruceiro. They are part of its legend and landscape, witness to many stories described on its base.
De todas las leyendas acerca de sus orígenes, hoy me quedo con aquella que empieza en algún lugar de Irlanda hace muchos, muchos años. Allí se concibieron los primeros que poco se parecían a los actuales que pueblan sobre todo Galicia. Y precisamente fueron los peregrinos de aquellas tierras los que trajeron esta costumbre a través del Camino de Santiago.
Poco a poco los fueron dotando de gradas, esos pequeños peldaños donde los peregrinos descansan en muchos de los cruces de caminos. No siempre hubo flechas amarillas para tomar la dirección correcta en cada encrucijada, pero sí una magnífica parada a tiempo bajo la larga sombra de su fuste.
Among all legends about its origin, today I keep those that starts in some place of Ireland many years ago. There it were built first cruceiros that do not look like much of actual ones that settle especially Galicia. And precisely pilgrims from those lands brought this tradition through The Camino.
Little by little they were provided with stairs, these small steps where pilgrims rest in many crosswalks. Not always there were yellow arrows to take the right direction in each intersection, but a magnificent stop in time under the long shadow of its shaft.
Photography by WomantoSantiago
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