Llegamos a la villa de Betanzos en uno de los días más calurosos del verano gallego. Hacía más de ocho años que no pisábamos el Camino Inglés de Santiago, pero como toda ciudad histórica, poco o nada había cambiado en su casco antiguo en sintonía con mis recuerdos.
Bueno, todo no. Un pequeño pero importante cambio que encontramos casi por casualidad. Se ha restaurado una antigua casona para convertirla en un delicioso albergue que ya hubiera querido para mí en mis primeros años de camino. Pepe es su hospitaleiro, y fiel a la tradición, se encontraba al pie de su albergue dispuesto a recibirnos.
La casona respeta por un lado, aquellos espacios en piedra que en otro tiempo sirvieron y bien a sus antiguos habitantes, y por otro, llena de calidez a aquellos otros dedicados al descanso del peregrino. Un magnífico equilibrio que bien merece vuestra visita más pausada.
Mucho tenemos que aprender de esa luminosa casona. De algún modo el peregrino es como ella. Un espacio que debe estar abierto, limpio, donde el resto de peregrinos pueda descansar y conversar en el más natural de los respetos.
Betanzos. (Camino de Santiago Inglés)
Photography by WomanToSantiago
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